Lo que era un clamor en Londres desde hace semanas se confirmó ayer por fin. El príncipe Enrique (33 años), hijo menor de Carlos de Inglaterra y quinto en la línea de sucesión al trono, se casará la próxima primavera con la actriz californiana Rachel Meghan Markle, de 36 años, nacida en Los Ángeles en 1981. La reina probablemente concederá al novio el título de duque de Sussex, distinción que compartirá con su esposa.
La futura princesa, en la práctica, será la tercera "royal" británica que aterriza en la corte de Westminster con sangre africana en sus venas. También arrebatará a Ángela de Liechtenstein el honor de ser la única princesa de tez oscura en Europa. La precedente inmediata de la estadounidense fue, en el siglo XVIII, la reina Charlotte, esposa de Jorge III y descendiente de una rama de la casa real portuguesa; mujer de refinada cultura a la que Mozart dedicó una obra. Curiosamente, su hijo, Federico de Hannover, nacido el 27 de enero de 1773 en Buckingham, fue también duque de Sussex. En el siglo XVI Philippa de Hainault fue reina consorte por su boda con Eduardo III. La originalidad de Meghan no se queda ahí. Además de un origen racial poco frecuente, su madre, Doria Radlan, instructora de yoga, es afroamericana, Markle reúne otra serie de atributos que nunca se habían dado juntos entre los reales primos de Europa: está divorciada, como la Reina Letizia, y ha sido actriz, igual que la recordada Grace Kelly. Meghan saltó a la fama por su papel de Rachel Zane en la serie "Suits" de temática legal. También fue modelo. En realidad, creció ligada al mundo de Hollywood, ese que tanto le gustaba a Lady Diana Spencer, la madre de Enrique. El padre de la joven, Thomas W. Markle, de ascendencia neerlandesa e irlandesa, es director de fotografía retirado, artífice de series tan famosas como "Married... with Children" ("Matrimonio con hijos").
Por buscar puntos de unión con su futura familia política cabe destacar que Meghan se describe como "foodie" y es fundadora de un blog de estilo de vida, ya clausurado, que ha llegado a alcanzar bastante éxito. Su futuro suegro, el príncipe de Gales, es también gran defensor de los alimentos de calidad y del cuidado del medio ambiente. Con su cuñada, la duquesa de Cambridge comparte un origen de clase media y también una exquisita educación universitaria. Si Kate Middleton se graduó en Saint Andrews, la futura duquesa de Sussex es exalumna de la Universidad Northwestern, de Evanston (Illinois), decimosegunda mejor de los Estados Unidos.
Los duques de Cambridge, cuyo tercer hijo también nacerá en primavera, se sumaron ayer a las felicitaciones en sus redes sociales. Comienza ahora la cuenta atrás para la boda y las especulaciones sobre vestidos, padrinos, damas de honor y celebraciones. El nuevo matrimonio residirá en un apartamento del inagotable palacio de Kensington, donde vivió Lady Diana tras divorciarse de Carlos, y adonde también se han mudado los Cambridge, para estar más cerca de sus obligaciones. Europa pierde a un soltero de oro y los ingleses están contentos de ver feliz a su príncipe. Enrique está tan contento que hasta se ha encargado del diseño del anillo de compromiso, con un diamante de Botsuana y dos de la colección privada de Lady Di.
