"El abominable hombre de las nieves" era en realidad el "abominable oso de las nieves". Los estudios de ADN realizados a nueve muestras atribuidas al mítico yeti han arrojado unos resultados que descartan que se trate de una especie desconocida de homínido, como apuntaba el relato mítico difundido durante siglos en Nepal y Tíbet y como sostenían las personas que habían protagonizado supuestos "avistamientos" del yeti. De esas nueve muestras -extraídas de huesos, dientes, piel, pelo e incluso restos fecales, recogidas en el altiplano del Tíbet y en el Himalaya-, ocho han resultado ser de tres tipos de úrsidos -osos negros asiáticos, osos marrones del Himalaya y osos marrones tibetanos- y la novena procedía de un perro cuya raza no ha sido aclarada.

La investigación ha sido desarrollada por un equipo de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos, liderado por la bióloga Charlotte Lindqvist. "Nuestros hallazgos sugieren de manera sólida cómo los apuntalamientos biológicos de la leyenda del yeti se pueden encontrar en los osos de la zona, y nuestro estudio demuestra que la genética debería poder desentrañar otros misterios similares", señala Lindqvist.