Protagonista de las cintas más taquilleras de Hollywood, de "Pretty woman" a "Oficial y caballero", a Richard Gere hace años que se le identifica con su budismo militante y su pelea por los desfavorecidos. Hoy se moja en el tema de los abusos: "Es momento de dar un paso atrás".

"Nunca he tenido insinuaciones cuando era joven y empezaba en el cine, me refiero en el sentido sexual, pero sí en el sentido de poder. No somos perfectos, todos los que tienen poder abusan, todo el mundo lo hace", afirma el actor, de visita en Madrid para promocionar su nueva película, "La cena". Opina el protagonista de "Cotton Club" que aunque haya saltado el asunto de los abusos sexuales en el cine, este problema "está en todas partes, desde los trabajadores de los campos a los empresarios de más poder, es lo mismo".

"Y éste es claramente un momento en el que tenemos que dar un paso atrás y pedir a los poderosos que se miren a sí mismos y piensen si han utilizado su poder para abusar de los que eran inferiores, y también es momento de analizar si yo mismo permití que abusaran de mí porque era más débil", reflexiona.

"La cena" se basa en la relación de dos hermanos, Paul y Stan Lohman ( Steve Coogan y Gere, respectivamente), que aprovechan una cena de lujo con sus esposas para hablar de sus hijos. Los chavales, tres adolescentes, han torturado y matado a una indigente que dormía en un cajero y han colgado el vídeo en internet. Stan, congresista que aspira a gobernador, parece dispuesto a renunciar a su futuro político si su familia le respalda. "Para mí la película va sobre responsabilidad y sobre cómo nos vemos a nosotros mismos dentro de nuestra familia, pero también en el universo y si somos responsables sólo de cara a los que tenemos cerca, en nuestro entorno más próximo, o hasta dónde es de profundo nuestro sentido de la responsabilidad", explica Gere. Es evidente, dice, que "esos chavales han hecho algo terrible y que hay un veneno muy fuerte dentro de ellos, tanto que no sabemos si podrán vivir con ello si no lo aceptan y pagan por ello. Y tampoco si nosotros, al admitirlo, creeremos que el veneno pueda salir".

Hilvana Gere estas cuestiones para concluir que "todos tenemos que admitir que éste es un mundo loco". "Convivimos con historias trágicas de refugiados que escapan de lugares horribles y que no encuentran un hogar, que los rechazan en todas partes, a los que antes han explotado durante todo el camino. El mundo en el que vivimos nos exige que tomemos una decisión: si aceptamos nuestra responsabilidad o no", concluye.