Madrid, Noelia HERMIDA

"La felicidad se puede hallar hasta en los momentos más oscuros, solo tenemos que ser capaces de usar bien la luz", dice Harry Potter, el inconfundible niño mago protagonista de la exitosa saga fantástica escrita por la británica J. K. Rowling, en uno de los libros. Y es, precisamente esa luz la que embriaga a todos los que entran en el mundo mágico de "Harry Potter: The Exhibition", la exposición que ocupa el pabellón 1 de la Feria de Madrid (IFEMA), y que se puede visitar hasta el próximo 2 de abril. La muestra, que ha recorrido medio mundo cosechando un éxito arrollador y sumando más de 4 millones de visitantes, ofrece una experiencia única para los amantes -y los que no lo son tanto- de esta saga, con cientos de objetos y materiales utilizados en los rodajes y que se pueden ver por primera vez en España.

La emoción, los nervios y la curiosidad son sentimientos bastante habituales en muchos de los que llegan a esta muestra. Y es normal. Lo primero con lo que se encuentran al cruzar la puerta es con el sombrero seleccionador, ese que en el texto y, por su puesto, en su adaptación cinematográfica, elige a esos niños especiales que tienen algún don especial y son dignos de coger el tren que les llevará a Hogwarts, la escuela de magia y hechicería en la que todos los niños, y muchos mayores, han soñado cursar sus estudios. Y arranca el viaje. Con la tecnología como aliada, las proyecciones de imágenes de los filmes acompañan al visitante hasta que llega a la primera parada de esta aventura: los dormitorios de Harry Potter y su fiel escudero Ron Weasly en Gryffindor, y muchos de los utensilios de la chica de la pandilla, Hermione Granger. Sus uniformes, que permiten ver la cuidadosa labor del equipo de vestuario, decenas de objetos, desde mapas a el conocido "giratiempos"; atrezo original de las películas, pósters, libros y baúles; y, por supuesto, sus famosas y deseadas varitas mágicas.

La siguiente parada son las famosas aulas de Hogwarts. La de pociones, con sus libros de fórmulas y probetas; la de herbología, en la que los asistentes pueden extraer una mandrágora de una maceta; la de adivinación, con su bola de cristal, sus especies y su guía; y la de conocimiento y defensa de las artes oscuras, la asignatura más importante para los alumnos de esta singular escuela, siempre tentados por el mal. Visitar la cabaña del semigigante y tierno Hagrid, el mejor de los consejeros para Harry y sus amigos, y sentarse en su enorme sillón; lanzar una pelota "quaffle" en el área de "Quidditch", el deporte favorito de los alumnos de Hogwarts que provocaba las mejores batallas sobre escobas voladoras y un pulso entre el bien y el mal; o un recorrido entre las mejores criaturas fantásticas del universo mágico creado por J. K. Rowling; son imposibles que se hacen realidad en esta exposición única. Por último, no podía faltar el espacio dedicado al lado oscuro, a esos villanos que tanto atemorizaron a Harry Potter y a sus millones de seguidores. Draco Malfoy, los dementores, Fenyr Greyback, Peter Pettigrew, Bellatrix Lestrange, y el malo por excelencia, el casi repulsivo Lord Voldemort.

En total, más de 1.400 metros cuadrados en el que la magia, los hechizos, los viajes entre mundos, las criaturas extrañas y las constantes luchas entre el bien y el mal que embaucaron a millones de personas en el mundo, tanto en lo que respecta a los libros como a las películas; se hacen realidad. Aquí los adultos vuelven a ser niños, y los niños confirman que creer en la magia no es una locura que los adultos no entienden. El espíritu de Harry Potter, con sus luces y sus sombras, se mete de lleno en todo aquel que visite la exposición, sea o no consumidor de la saga. Así que, gracias a "Harry Potter: The Exhibition" , se garantiza una larga vida a la saga.