Rumanía, una república desde hace 70 años, enterró ayer con honores de Estado y enormes muestras de simpatía ciudadana a su último rey, Miguel I, fallecido el pasado día 5 a los 96 años de edad. Decenas de miles de personas participaron los últimos cuatro días en los actos fúnebres por Miguel Hohenzollern-Sigmaringen, que reinó entre 1927 y 1930 y entre 1940 y 1947, hasta que fue forzado a abdicar por el régimen comunista. "Nos ha dejado un verdadero líder que representó a nuestro país con honor, valentía y patriotismo en periodos difíciles, convirtiéndose en un referente de identidad y solidaridad", manifestó el presidente rumano, Klaus Iohannis, en un mensaje de condolencia. Los reyes eméritos de España, Juan Carlos y Sofía; los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia; el príncipe Carlos de Gales; Ana María de Grecia; el gran duque Enrique de Luxemburgo; y la princesa Muna de Jordania, se contaron entre los representantes de la realeza que acompañaron al antiguo rey en su despedida.