Si hay alguien que haya vivido, y que viva, el mundo de la moda en 360 grados, es Laura Ponte. La modelo fue una de las grandes top de la moda española en los años 90, desfilando para los modistos más importantes y siendo portada de las revistas más importantes del sector. Pero, desde que decidió bajarse de las pasarelas, la moda ha seguido en su día a día. Aunque de otra forma. "Siempre me ha atraído mucho más lo que hay detrás del desfile, la parte creativa", afirma. Así, aunque sigue siendo imagen de muchas campañas y marcas, hace tiempo que lleva colaborando con distintas marcas del sector textil en la preparación de sus colecciones, como Alvarno. Pero, ahora, ha dado un paso más. Ponte, descendiente de asturianos, ha presentado la primera colección de bisutería y está terminando los bocetos de la que será su primera propuesta textil junto al diseñador gallego Roberto Verino.
"Me llamaron hace un año y medio para colaborar con ellos. Querían que diseñara unas piezas de bisutería para la colección de Verino. Pero yo estaba con bastante lío de trabajo y muy poco tiempo. Nunca había hecho bisutería, solo joyería -tuvo una firma junto a Luis Feliu de la Peña, Luby & Lemerald, que cerró por desavenencias entre ellos-; y no sabía de dónde sacar los materiales, dónde producir? y dije que no". Pasaron los meses y este año, Verino volvió a contactar con ella para volver a sacar adelante el proyecto con la nueva colección del modisto gallego para este invierno. Y la encandiló. "Me contaron de qué iba, un homenaje a los años de Verino en París, y la posibilidad de hacer algo interesante con los iconos de la capital francesa: el Moulin Rouge, la Torre Eiffel, la pirámide del Louvre? y me pareció un reto apetecible". Y empezó a investigar con materiales nuevos, deconstrucciones y montajes artesanales que han dado como resultado exquisitos broches y hebillas de cinturones de corte geométrico, que recogen conceptualmente esos símbolos parisinos, realizados en resina con carga mineral negra, latón cepillado, chatones, y metacrilato.
"Ha sido un trabajo brutal. Menos la parte que hay que hacer con láser, como cortar el latón o el acero, está todo hecho con mis manos. He estado 12 días sentada en una silla de 7 de la mañana a 12 de la noche pegando 3.600 chatones", recuerda entre risas. Y no solo eso. "Me he encargado de todo el ensamblaje y el empaquetado. Así que hay un trocito muy importante de mí en cada una de las piezas", dice.
Esta colección, que ya está a la venta en tienda, no es la única colaboración de Ponte con Verino. "Estoy terminando una colección de ropa de cara al próximo verano, que se presentará en febrero". Se trata de siete prendas con varias declinaciones y varios cinturones. "Verino hace una colección para tienda y otra para desfile más especial. Lo que he hecho yo es trabajar con las telas de tienda, que a priori parecen menos atractivas, y darle una vuelta, introduciendo pequeñas notas de la colección de desfile. Es un poco unir los dos mundos para atraer a un público nuevo. U ofrecerle algo distinto a la clienta habitual", afirma.
La modelo explica que "Verino siempre ha sido ejemplo de atrevimiento, pero con el tiempo, y con la competencia durísima que hay en el mercado con el "low cost" y esos imperios gigantes, ha tenido que contener. Pero es maravilloso, y por eso es un lujo trabajar con él y con su nuevo equipo. Están haciendo algo muy interesante". Y aunque algunos puedan pensar que "soy una intrusa en esto del diseño, no es así. Yo llevo haciendo ropa muchísimo tiempo. Solo que detrás del nombre de otro, por eso no se ha visto", puntualiza.
Pero esto no es todo. Porque si hay algo que no le falta a Laura Ponte es creatividad y ganas de meterse en nuevos proyectos. "Estoy haciendo vestidos de novia, cosiendo con Sole Alonso. Es un proyecto muy bonito porque es hacer diseños para un día muy especial. El proceso con las chicas es estupendo, y está gustando mucho el resultado". Además, como buena creativa, su forma de trabajar es diferente a lo habitual. "Les hago figurines, pero luego les hago fotos y dibujo el vestido sobre sus cuerpos para que vean cómo les queda en realidad. Hacer novia es un entrenamiento brutal. Trabajas con muchos cuerpos distintos, aprendes de caídas, de tejidos, de cortes? después de esto, estoy lista para todo", dice sonriendo. Y es que, a pesar de no tener ni un minuto libre, ya tiene en mente otro proyecto. "Estoy pensando en abrir un espacio en el que poder enseñar todo lo que hago. Las joyas, la pintura, la bisutería, las novias, el textil? y lo que venga. A mí me gusta crear, y que eso sea mi trabajo es un regalo. Así que quiero compartirlo". Y lo hará. Porque si algo ha demostrado en todo este tiempo Laura Ponte es que los deseos, con esfuerzo, se hacen realidad.
