"Los guerreros de terracota" es una exposición, organizada por LA NUEVA ESPAÑA, que cuenta una historia apasionante. Los visitantes de la muestra, en el centro comercial Los Prados, en Oviedo (segunda planta) salen de ella con una certeza, y es que no debió de ser fácil vivir en la China del siglo III antes de Cristo, unificada bajo el poder absoluto del emperador Qin Shi Huang, el hombre que mandó construir el gigantesco mausoleo de las 8.000 figuras de soldados, su guardia personal para acompañarlo tras su muerte. Todos distintos entre sí.

Qin Shi Huang gobernó con mano de hierro. Los visitantes conocen detalles de su vida en el primer tramo de la muestra, el foso de los soldados, más de una veintena de reproducciones perfectas de los distintos tipos encontrados por los arqueólogos en las excavaciones del mausoleo, desde el general a los soldados, pasando por los caballos y toda la parafernalia propia de un ejército.

Un sofisticado juego de luces va captando nuestra atención entre las figuras que parecen cobrar vida. Nada en ellas es fruto de la casualidad, y todas conforman un documento extraordinario para conocer ropajes, símbolos y armas. Entre ellos y nosotros hay veinticuatro siglos y un emperador que buscó la vida eterna y, en su búsqueda frente a la muerte, legó a la Humanidad un patrimonio único y colosal. Los descubridores de la gran tumba y los 8.000 soldados, dirigidos por la arqueóloga Xu Wei Hong, recibieron en el año 2010 el premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales.

El recorrido posterior por las distintas vitrinas de la exposición nos adentra en un mundo para muchos desconocido, el de los objetos cotidianos de una China milenaria. Para los adultos, una experiencia fascinante; para los niños, toda una clase de Historia y Arte, con todos los ingredientes para que la vivan con pasión, más allá de los libros de texto.

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