En la celebración del 80.º cumpleaños del Rey Juan Carlos, celebrado en el palacio de la Zarzuela el pasado 5 de enero, hubo dos cosas que llamaron poderosamente la atención: la ausencia de la Infanta Cristina y sus cuatro hijos, y el singular vestido "vintage" que lucía doña Letizia. Un modelo camisero gris, con rayas en verde y rojo, que trajo de cabeza a los observadores de la moda que trataban de descubrir a cuál de los diseñadores predilectos de la Reina pertenecía ese singular atavío. Durante dos semanas el vestido fue objeto de debate, mientras las principales marcas negaban su autoría. Todo un misterio sin solución hasta que ayer Carlos García-Calvo levantaba la liebre en su blog sobre la Reina: el modelo era en realidad una prenda "reciclada" por doña Letizia y que procedía del vestuario de su suegra. Doña Sofía, que se sepa, sólo había lucido una vez la prenda: el 22 noviembre de 1984, cuando había visitado un centro de rehabilitación para niños en Aravaca (Madrid). Un acto del que se conservan pruebas gráficas que han permitido corroborar que, efectivamente, la Reina vestía el mismo vestido que había llevado su suegra en aquella ocasión, en una nueva muestra de la buena sintonía entre ambas. Un modelo que en aquellos momentos era el "último grito", y que más de tres décadas después vuelve a estar de moda.