La elegancia de Pasión Vega se hizo música ayer en el teatro de la Laboral, donde unas 800 personas se dieron cita para celebrar "con placer" con la artista malagueña "mis cuarenta años de vida y 25 de carrera", como dijo sobre el escenario gijonés. El placer iba a ser mutuo en una noche larga de música -más de dos horas incluido tiempo para cambio de vestuario-, gracias a la veintena de temas que la cantante incluyó en su repertorio, donde mezcló sus clásicos con otros del nuevo disco. Pasión Vega demostró en Gijón, además de su calidad vocal incuestionable, tan imponente como su presencia, y de su sensibilidad, que es una artista que pone cuidado en todo lo que la rodea, desde la escenografía hasta su vestuario, completando así el ambiente que quiere crear con el público.

En la actuación de ayer, presentación de su disco "40 Quilates" -con ese tema se inició la noche-, se dejó acompañar de una amplia banda -piano, batería, set de percusión, bajo, guitarra, clarinete, chelo- y hubo momentos para cantar muy acompañada, a capela o con el arrope de sólo una guitarra. En todos los registros Pasión Vega se mostró grande.