Aunque aún falta un mes para el inicio de la primavera, la apertura de ARCO -la feria de Arte Contemporáneo que se celebra en Madrid desde ayer hasta el domingo- anuncia el fin del invierno. Esta 37.ª edición reúne a 208 galerías de 29 países. Pero ninguna de las obras de la feria alcanzará la notoriedad de "Presos políticos en la España contemporánea", la serie de 24 fotografías de Santiago Sierra que ha sido excluida de ARCO, en medio de una gran polémica, a petición de Ifema, la entidad que organiza la feria. Una reclamación que se apoya en la inclusión, en la serie, de los independentistas Oriol Junqueras, Jordi Cuixart y Jordi Sànchez.

El veto a la obra, calificado de "censura" por diversos representantes políticos y del ámbito cultural, ha ensombrecido el estreno de una feria que el año pasado superó los 100.000 visitantes. Y el efecto, como suele suceder en estos casos, ha sido el contrario al que perseguía Ifema: la obra ha sido reproducida hasta la saciedad, y de hecho ya ha sido adquirida por un particular, que abonó los 96.000 euros por la serie.

Más allá de esa controversia, éste será el cuarto año en el que ninguna galería asturiana esté presente en la feria. Las dificultades por hacerse un hueco -precios altos y cierta endogamia a la hora de manejar las listas de acceso- han obligado a las galerías asturianas a buscar otros espacios donde mostrar la obra de sus artistas. Así, galería Marlborough acoge a Pelayo Ortega y Pablo Armesto en exhibición, e incluye también obras de Hugo Fontela y Tadanori Yamaguchi en su fondo de galería. La escultura de Herminio continuará presente en la galería Cayón y la gijonesa Irma Álvarez-Laviada tendrá su espacio un año más en la valenciana Luis Adelantado.

Pero son varias las galerías asturianas que participan en las ferias paralelas a ARCO, que poco a poco se van consolidando y que en ocasiones ofrecen un género de alta calidad a precios competitivos. Se trata de Just Madrid, Art Madrid, Drawing Room, Hybrid, Urvanity y Flecha, ferias que se han hecho poco a poco con un espacio y un público propios.

La más experimental es Just Madrid. Nacida en Malasaña, este año se traslada al acomodado barrio de Salamanca. Cuatro galerías con nombre de mujer llegan desde Asturias a Just Madrid: Aurora Vigil-Escalera, Gema Llamazares, Bea Villamarín y Guillermina Caicoya. Vigil-Escalera presenta en Just Madrid la obra del asturiano Pablo Armesto, que continúa transitando el espacio experimental en el que conviven la escultura y la pintura con el carácter inmaterial de la luz y la sombra, utilizando técnicas inusuales como los leds, la fibra óptica y los neones. El mallorquín Santiago Picatoste y el onubense Jorge Hernández completan el elenco de la galería.

Gema Llamazares cuelga en los paneles de su stand obra de los asturianos David Martínez Suárez, Avelino Sala, Estefanía Martín Sáez, Sandra Paula Fernández y Federico Granell, muy vanguardistas en sus técnicas, estilos y caracteres. El ceutí Jesús Zurita redondea la lista.

La sala Bea Villamarín, asumiendo el espíritu de Just Madrid, apuesta por los jóvenes valores y se presenta en la feria con las perturbadoras esculturas del asturiano Carlos Tárdez, de la barcelonesa Mónica Subidé y del madrileño Rubén Martín de Lucas. Guillermina Caicoya no incluye en su rol artistas del Principado: los dibujos de la argentina Carla Grunauer y las esculturas del alcarreño Mario Espliego conforman el dúo de artistas que la galería ovetense lleva a Madrid.

En Art Madrid, en la plaza de Cibeles, repiten las galerías de Aurora Vigil-Escalera, con obras de Chema Madoz, Pablo y Juan Genovés, Rafael Macarrón, Ismael Lagares y los asturianos Armesto y Herminio, y la de Bea Villamarín, con obras de la escultora Candela Muniozgurren. La galería ovetense Arancha Osoro está también presente en Art Madrid con una apuesta por artistas asturianos como las esculturas de Luis Parades, la abstracción sobre papel de Nuria Formentí, la pulcritud de Jezabel Rodríguez, las esculturas "vivas" de Kiko Miyares y las tablas de Roberto Rodríguez.

Drawing Room consagra su espacio al dibujo. Gema Llamazares repite en este marco con piezas de la serie "Veladas" de la avilesina Soledad Córdoba, que cuelga momentáneamente la cámara de fotos para crear esta colección. El albaceteño José Luis Serzo completa el stand de Llamazares.

Diego Suárez viaja con su galería ATM a Drawing Room. Su apuesta se concentra en un único artista, el portorriqueño Gamaliel Rodríguez, un creador que ha logrado hacerse un nombre en el competitivo mundo artístico neoyorquino.