Hizo falta que Manu Chao grabara un videoclip y Álex de la Iglesia, una película para que los de fuera de Madrid descubrieran El Palentino, el bar de Casto Herrezuelo. Los madrileños y, concretamente, los vecinos del barrio de Malasaña ya sabían de él y trataron de guardar el secreto de la calle Pez, 8 hasta que la fama que cogió el singular local lo hizo imposible.

Nadie coge ahora el teléfono en El Palentino, con la persiana bajada desde que Casto muriese con 79 años el 22 de febrero, el mismo día que Forges. La desaparición del hostelero ha causado gran pena entre sus muchos y variopintos clientes, desde los citados De la Iglesia y Manu Chao, hasta Esperanza Aguirre, Luis Eduardo Aute, Andrés Calamaro, Moncho Alpuente, Sánchez Dragó, Coque Malla, Eva Hache... Sin obviar a los vecinos anónimos del barrio (los veteranos y los nuevos residentes de aire hipster y urbanita) y a los muchos turistas que acudían atraídos por su fama. La familia -Herrezuelo compartía propiedad con Loli, su cuñada- da vueltas a si seguir y cómo con el local que inspiró "El Bar" (2017), película que acabó por lanzar a la fama al negocio que Casto dirigía detrás de la barra desde hacía unos 60 años. Nada había cambiado en El Palentino: ni la estética original, ni los precios, ni la oferta de comida y bebida (los de cualquier bar de España sencillo). Pero ahora falta Casto Herrezuelo. Y dicen que así cambia todo.