En 1987 Michael Caine ganó un "Oscar" a las órdenes de Woody Allen por su papel en Hannah y sus hermanas. Ahora el actor británico ha descartado volver a trabajar con el director tras reconocer que las acusaciones de la hija adoptiva de Allen Dylan Farrow le dejaron "aturdido". "No me arrepiento de haber trabajado con él, lo cual hice con total inocencia; pero no volvería a trabajar con él, no", afirma.