El actor Javier Bardem ha asegurado que volvería a trabajar con el director neoyorquino Woody Allen a pesar de las acusaciones de agresión sexual contra Dylan Farrow, hija adoptiva de Mia Farrow. "Si me gusta el papel, sí; desde el punto de vista de la justicia, la situación es exactamente la misma que cuando rodé con él en 2007", sostiene el actor, que sólo ha trabajado una vez bajo las órdenes del cineasta en "Vicky Cristina Barcelona", junto a su ahora esposa Penélope Cruz, rodaje que le llevó a Asturias para rodar unas breves pero importantes escenas en las que también aparecían Scarlett Johansson y Rebecca Hall.

Bardem asegura al diario "Le Parisien" estar de acuerdo con la justicia y, por tanto, creer en su inocencia. "No soy nadie para decir si Woody Allen es culpable o no. Hubo un juicio y el juez dictaminó que era inocente. Estoy de acuerdo con este juicio".

En este sentido, califica de "genial" el movimiento #MeToo, originado a raíz del caso Harvey Weinstein y que ha generado una ola de protestas contra el machismo y los abusos sexuales en la industria cinematográfica".

Bardem se ha referido a la ceremonia de los "César", los premios que concede la Academia de Cine francés, en la que se reconoció a la actriz con el galardón de honor el 2 de marzo. "Penélope estaba muy conmovida. En España, cuando dices que eres un artista, te miran como si estuvieras haciendo algo mal... ¡Solo importa el fútbol!", ha lamentado el actor, que en cambio considera que "Francia valora su cultura, su identidad, su industria". "Además, cuando volvimos a Madrid, donde vivimos, nadie habló del 'César' a Penélope", añade.

En "Vicky Cristina Barcelona" Bardem compartía cartel con Penélope Cruz, aunque no es la primera vez que ambos trabajaban juntos en una película. De hecho, según indica el actor, ambos recibieron "algunas" propuestas para volver a rodar juntos. Las últimas cintas en las que han coincidido han sido "Todos lo saben" (Asghar Farhadi), que estará en el Festival de Cannes, y "Loving Pablo" (Fernando León de Aranoa), estrenada recientemente.

En ella encarna al famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Según ha afirmado, este personaje le recuerda a Vito Corleone, el protagonista de "El Padrino".

"Él fue el primero en crear un imperio del narcotráfico, por su inmenso poder y por su ritmo muy lento combinado con una violencia extrema", explica. "El hombre siempre ha estado fascinado por el diablo", asegura Bardem, que subraya que cuando surge "una encarnación del demonio" como Pablo Escobar, se trata de entender qué satisface a este "búfalo", y de si se puede ser como él.

"Es por eso que era importante crear un ser humano más que un icono glamouroso. Y para mostrar que el monstruo de Escobar fue creado por varias cosas: la miseria en la que creció, un gobierno que descuidó a toda una parte de la sociedad, y los consumidores de cocaína", relata.

Pero el actor niega que haya sentido empatía para meterse en la piel de Escobar. "No, no hay empatía. Solo tenía que entender sus motivos", agrega el intérprete, que dice que únicamente vio un capítulo de la serie de televisión "Narcos", también protagonizada por este personaje, pues "en otras versiones de Escobar, precisamente, no había ni una pizca de humanidad" y él quería darle su propia versión.

Para la película, el actor tuvo que engordar 12 kilos, reto que consiguió, según apunta, a la cerveza y a la pasta. "Pero esa fue la parte buena: ¡la parte más difícil fue perder ese peso después!", concluye.