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La conexión canguesa del joven australiano que canta a Asturias

Mónica Díaz, abuela paterna de Oskar que emigró a las antípodas en 1962, logra frenar la demencia que sufre gracias a la música de su tierra natal

Por la izquierda, la casa de Mónica Díaz en El Llanu Margolles, la emigrante asturiana, su nieto en "La Voz", Ramón Fernández y Magdalena González, y Ana María Blanco con la correspondencia de su vecina. CRISTINA CORTE

Australia, patria querida. Solo la música asturiana ha logrado ralentizar el avance de la demencia de la octogenaria Mónica Díaz Huergo, asturiana de El Llanu Margolles, en Cangas de Onís, residente en Australia desde 1962 y abuela de Oskar Proy, el joven de 18 años cuya emotiva interpretación del "Asturias, patria querida" para la versión australiana del programa televisivo "La Voz" triunfa en todo el mundo. El pueblo está a la vez estos días emocionado y revolucionado.

La mejora en la salud mental de Mónica Díaz, que emigró a Australia en 1962, comenzó gracias a tres CDs con música popular y de la Santina que le enviaron hace un par de años a Australia Monchu González y Ana María Blanco Prieto, matrimonio reside en la casa de El Llanu Margolles (Cangas de Onís) más cercana a la de la emigrante, y que sigue, por ejemplo, recogiéndole las facturas.

Se enteró de la actuación de Oskar Proy por el vecino Javier Collado, que le pasó un vídeo al móvil. No daba crédito: "casi lloro de la emoción, se me pusieron los pelos de punta" La relación con la familia de Mónica es estrecha: los han invitado varias veces a ir a Australia y les pagaban hasta el billete, pero lo descarta por razones de edad. Define a Mónica como "una mujer buena, trabajadora". En cuanto al nieto, asegura que el pueblo entero está "revolucionado" y con ganas de que venga a conocer la casa donde se crió la abuela paterna de Oskar. "Ojalá venga pronto, aquí tiene ya sus fans y estaremos encantados de recibirle. Espero que tenga mucha suerte y triunfe en el mundo de la música", añadió.

Hija de madre soltera, Mónica perdió a su padre biológico en la Guerra Civil y fue adoptada años más tarde por el marido de su madre. Después de que lo hicieran algunas amigas, en 1962, Mónica emigró a Australia, por mediación del párroco local, don Emiliano, en busca del futuro que no encontraba en su tierra.

Se instaló en Melbourne y se casó con un emigrante turco, Silvio Proy, tuvo cuatro hijos y se dedicó al cuidado de ancianos en una residencia. Tardó muchos años en regresar, pero aseguran quienes la conocen que jamás se olvidó de Asturias. Volvió por primera vez para asistir al entierro de su padrastro, y a partir de entonces empezó a pasar temporadas en El Llanu Margolles junto a su marido. Hasta hace tres años, cuando ya empezaba a fallarle la memoria: se perdió una tarde dando un paseo por El Llanu Margolles y estuvieron buscándola los familiares, los vecinos y la Guardia Civil, hasta que la encontraron a las cinco de la madrugada, cerca del cementerio local, desorientada.

La familia no quería que perdiera el contacto con sus raíces, así que después de aquel episodio pensó en traerla de vacaciones nuevamente a Margolles. Estudió incluso la posibilidad de fletar un avión privado, pero, según los vecinos, los médicos lo desaconsejaron y Mónica ya no volvió más a su tierra.

Ramón Fernández y Magdalena González, de Peruyes, conocieron y trataron a Mónica y recuerdan que tenía un medio hermano, José, que murió hace unos años. Aseguran que emigró porque lo pasaba mal en Asturias, porque la familia contaba con pocos recursos. Siemrpe fue muy católica: "era raro que perdiera un entierro". También la definen como "formal y muy trabajadora". Cuando vieron a su nieto cantando el himno de Asturias se emocionaron por cómo lo interpretó y al ver a todo el público entregado. "Es un chaval muy guapo y esperamos que venga pronto de visita", añadieron.

Mónica llegaba siempre a Asturias con souvenirs y regalos para los vecinos. Tina Prieto coincidió con ella en la escuela y en la emigración: también se fue a Australia, pero un año antes y a Sidney. Recuerda a Mónica como una mujer "muy buena" y "muy católica, muy creyente lo mismo que su marido". Tina Prieto, que pasó seis años en Australia, solía coincidir a menudo con ella cuando venía a Margolles y rememoraban anécdotas de los viejos tiempos. También disfrutó mucho con la actuación del nieto de su amiga y, como todos los vecinos, confía en que viaje pronto a conocer Asturias.

En Llanu Margolles vive Ángel Huergo, el único pariente de Mónica que vive en la zona: son primos. Cuando vio por televisión al chaval cantando ni se dio cuenta de que era su primo pues no lo conoce en persona. Pero una vez supo que eran parientes fue "emocionante". Y añadió: "si gana algo bien estará. Espero que venga de visita".

El archivero de Cangas de Onís, Kennedy Trenzado, que nació en Australia aunque lleva años viviendo en Margolles, también conoce a Mónica Díaz. Comentó que ayer le llamaron de Sydney conocidos de la familia para comentar el impacto que causó la interpretación del "Asturias, patria querida", no solo en el programa "La Voz", sino también en los medios y la entre la gente del país austral.

Kennedy guarda gratos recuerdos de Mónica y su familia, "educada y muy servicial". Resaltó que tanto ella como su marido "siempre han estado muy vinculados a Margolles". Cada vez que venían de vacaciones "se pasaban por el Ayuntamiento a ver al anterior alcalde, Alfredo García y al vicealcalde, José Antonio Fernández". Prueba de ello son "varios souveniers que trajeron de las antípodas y que áun están en la Casa Consistorial", narró Kennedy.

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