La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte efímero a golpe de luz y sonido

Hiroaki Umeda vuelve a conquistar el LEV gijonés con "Intensional Particle" y con un público que acabó puesto en pie

Arte efímero a golpe de luz y sonido

La primera jornada de un festival tiene sus protocolos y sus etapas. Hay que despojarse de la rutina semanal y de la cotidianidad para adentrarse en la dinámica de un programa cargado de oferta. No es que esto sea un sacrificio, ni mucho menos, pero es un proceso que marca la atmósfera de las primeras actuaciones del cartel y las convierte en una toma de contacto. El Festival LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) empezaba el viernes a las nueve en el teatro de la Laboral, y minutos antes reinaba un clima de sosiego, esa mezcla de calma y expectación previa a la toma de contacto, algo que en pocas horas se tornaría en una plena inmersión. La italiana Michela Pelusio fue la encargada de levantar el telón para presentar "Spacetime Helix", una propuesta en la que un haz de luz helicoidal fue dibujando figuras a golpe de frecuencias de sonido. Pelusio fue moldeando la luz blanca como si el escenario fuera un taller de alfarería o de soplado de vidrio, creando formas en constante transformación; una auténtica coreografía lumínica que respondía a las variaciones de intensidad y tempo de una banda sonora que utiliza el sonido más como materia que como música. Fue algo más de media hora de espectáculo que exigía una atención inmersiva al espectador y que resultó hipnótico. Nada de clímax, todo sucedía de forma pausada y progresiva, pero constante.

El teatro ya estaba prácticamente lleno en la siguiente actuación. El canadiense Scott Morgan lleva dos décadas con su proyecto "Loscil", y el pasado viernes dio forma a su intervención con materiales extraídos de sus trabajos "Sea Island" y "Monument Builders". La música electrónica empezó a fluir desde su elemento más básico: el pulso; una serie de pulsiones que se trasladaron a los visuales con la aparición y desvanecimiento de imágenes y figuras geométricas. Los temas de "Loscil" crecen de forma progresiva y sin sobresaltos, las texturas se incorporan de forma ordenada sobre un compás regular y finalizan siempre con aterrizajes cómodos y bien preparados. El gusto por explorar las texturas sonoras se refleja también en el uso de imágenes en blanco y negro que apuestan por reflejar los contrastes que se aprecian en los confines entre tierra y agua.

Hiroaki Umeda volvía al LEV con una nueva performance, "Intensional Particle". Había mucha expectación por ver con qué nos sorprendía este coreógrafo japonés en esta edición, y la ovación final con parte del teatro puesto en pie certifica que no defraudó. Esta pieza crea tensión desde los primeros instantes, con una quietud interrumpida de forma brusca con ráfagas de luz y sonido. El cambio de tercio fue total en el programa, porque aquí se imponía la irregularidad rítmica y las mutaciones explosivas de luz y sonido. La coreografía de Umeda interactuaba con las figuras abstractas de unos visuales muy dinámicos que invadían toda la caja escénica, explorando las posibilidades expresivas del cuerpo para crear kinosferas. A su vez, el sonido inundaba el teatro con una colocación polarizada de frecuencias impactante. Fueron veinte minutos de auténtica catarsis. El Festival LEV empezaba con buen pie; aún quedaba por delante toda la noche en la nave, y para entonces la atmósfera del festival ya estaba completamente creada.

Compartir el artículo

stats