Sharif Fernández (Zaragoza, 1980), conocido en los ambientes raperos simplemente como Sharif, actúa mañana, a partir de las 20.00 horas, en la Sala Sir Laurens de Oviedo. Un concierto que servirá para presentar al público asturiano su último disco, "Acariciado mundo", cuyo título remite a un poema de Ángel González.

- ¿De dónde viene esa fascinación por Ángel González?

-Es uno de mis poetas favoritos, y algo que me une estrechamente a Oviedo. Sólo por eso es un lujo poder actuar allí. Lo que me ocurre con él, y me había ocurrido quizá con algún otro poeta, es que lo conocía sin conocerlo mucho. Soy muy fan de Sabina, y Ángel González fue el precursor de esa generación.

- ¿Cómo llegó a él?

-Pues fue a raíz de una conversación con un amigo, charlando de poesía y música. Me puso un poema que recitaba el propio Ángel González, lo vi en Youtube y me sedujo muchísimo. Era acertadísimo, como casi todos los poemas del bueno de Ángel. Poesía existencialista, muy humana y a la vez muy desde las entrañas, coherente con el amor, con el placer... me fascina.

- Usa además un lenguaje popular, que conecta muy bien con la gente.

-El lenguaje cotidiano, es así. Me recuerda a mis fetiches iniciales, como Benedetti, que me fascinaba. Son poetas que escriben de forma sencilla pero que hacen poemas muy bellos, con esa sencillez que no es simpleza, con un lenguaje cotidiano y sobre cualquier concepto cotidiano: el amanecer, el cauce del agua, el amor, que está muy presente. No transmite ideas cursis ni manidas. Tengo presentes muchos de sus versos, como "Tú contra el alba", espectacular. Y tiene ese poema, "Para que yo me llame Ángel González", que es bellísimo, una especie de carta de presentación excepcional. Es la sublimación: hacer un poema de intentar definirte a sí mismo.

- No es habitual tener este bagaje cultural, ¿hasta qué punto le ayuda a escribir canciones?

-Siempre he sido una persona que tenga esa lírica al escribir. Pero en lo relativo al bagaje, y hablando ya del rap, no soy el único. Para la gente un poco ajena al rap, que tiene ciertos estereotipos, ciertos prejuicios, es verdad que mi música les va a sorprender. Pero eso, que es cierto que es una característica que me define, no es exclusiva de mi música. Hay unos cuantos raperos que miman mucho las letras. El rap es el rap, pero de una manera un poco análoga a la poesía, aunque no son lo mismo, sí que es un movimiento cultural y musical que engloba a un espectro muy amplio.

- ¿Estamos en una edad dorada del rap en España?

-Más que el rap, creo que está cambiando el entorno, la sociedad. Cuando era crío éramos cuatro gatos, prácticamente unos locos a los que se señalaba con el dedo, frikis. No se sabía apreciar, entender, vislumbrar, el arte que había, que se escondía debajo. La sociedad ha evolucionado, porque esa generación somos ya adultos y para las siguientes no es algo tan extraño.

- Hemos vivido casos recientes de raperos condenados por sus letras, como Hasel y Valtonyc. ¿Es la vigencia de esos prejuicios o hay otras razones?

-No, son casos concretos, pero es vergonzoso lo que está sucediendo. Lo que me dice la intuición, más que el conocimiento propio, es que el rap va teniendo más repercusión y la gente le presta más oído, quizá tienen más cuidado porque son conscientes de que ese mensaje tiene un auditorio. Pero es vergonzoso a un nivel que somos la vergüenza de Europa. Son ataques a la libertad de expresión, no se puede tratar a los raperos como terroristas, y ahora se persigue cualquier cosa que se dice en Twitter. El Gobierno que tenemos no entiende una puta mierda del momento histórico que vivimos.