Puede ser una impresión personal, pero parece que el globo que aupó a Amaia y Alfred a lo más alto tras el final de "Operación Triunfo" ha ido desinflándose poco a poco. Por sus caras, parece que ellos mismos llegan sin fuerzas a Eurovisión y con ganas de que esto pase de la manera menos dolorosa posible. Además, para ahondar en la herida, la actuación de España será la segunda de la noche, sólo por detrás de Ucrania.

Los augurios (que pueden fallar, claro está) no nos dan muchas opciones más allá quedar de la mitad de la tabla para abajo. Lo que para muchos podría ser un fracaso, no lo será para la pareja (que se centrarán en sus carreras en solitario) y mucho menos para Televisión Española. La cadena pública espera hacer una gran audiencia y, al fin y al cabo, eso es lo que importa.

Desde que la actuación de Serafin Zubiri en 1992 estrenó la medición de audiencias, los mejores años del festival de Eurovisión han ido de la mano de "Operación Triunfo". La actuación de Rosa López (con casi 13 millones de espectadores) sigue siendo la más vista de la historia y aún conserva su sitio entre las emisiones nos deportivas con más audiencia de nuestro país. Beth y Ramón, también de "Operación Triunfo", le siguen en las primeras posiciones. Sólo hay una excepción: la del Chikilicuatre. La actuacion del cómico, el año en el que quisimos reírnos (y vengarnos) del festival, consiguió colarse en la segunda posición del ranking con más de 9 millones de espectadores. ¿Llegarán Amaia y Alfred a esas cifras?

Por el momento, es innegable que han despertado el interés de mucha gente, más allá de los clásicos eurofans. La primera semifinal, que contó con la actuación de la pareja, celebrada el martes en Lisboa, consiguió la mejor audiencia en esa fase del festival de los últimos diez años. Emitida en La 2 de TVE, la gala fue vista por casi 750.000 espectadores (el 4,4 de share), casi 250.000 espectadores más que el año pasado. Algo que no ocurrió en la segunda semifinal, el jueves, donde no participaron Amaia y Alfred.

Las cifras indican también que el supuesto boicot promovido por algunos contra Alfred no va tener mucho éxito. Que el barcelonés regalase a Amaia el libro "España de mierda", de Albert Pla, no sentó muy bien en algunos sectores, pero parece que la polémica ha perdido fuelle. La mayoría ya está centrada en la actuación para encontrar cualquier fallo.