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Eurovisión, la fiesta terminó

La capital lusa despide un festival con gran presencia de fans españoles, resignados por el resultado de Amaia y Alfred

A la izquierda, Netta, con el micrófono de cristal. A la derecha, arriba, Héctor González, Carlos M. Cascales, Iván Iñarra, Iván Cavielles y David Pérez, en un club lisboeta. Abajo, Javier Rato, Ignacio Segovia, Sergio Amante (agachado), José Carlos Martínez, Pablo Ortiz, Carlos Salguero, David Prieto y Ana Castaño, en el Altice Arena. AFP / J. M. E.

Es domingo en Lisboa. La ciudad ha amanecido nostálgica. El ruido del tráfico se mezcla con el de las maletas que cientos de visitantes acarrean por las calles de la ciudad. Ha terminado el festival. Se han plegado las banderas y los forasteros regresan a casa. La fiesta terminó pero en el recuerdo quedará la experiencia vivida.

El gijones Carlos M. Cascales vivió la gala en directo en un club de la ciudad junto a sus amigos También asturianos. "Yo el año que viene pienso repetir. Es Una experiencia inolvidable que recomiendo a cualquier persona amante de la música." Aseguraba tras vivir la gran final.

"Nos vemos en Jerusalem" dijo Netta, la cantante israelí al recoger su premio la pasada noche del sábado en el Altice Arena de Lisboa. Y es que muchos eurofans que asistían estos días a la capital lusa bromeaban; "el año que viene vamos a Israel". El festival ha unido a cientos de fans que tras la gala se agolpaban cualquier rincón de la ciudad y sin conocerse, socializaban. "Mi favorita era Chipre" o "dije que ganaba Netta desde que la vi por las redes", comentaban algunos de ellos. También, destacaban la decepción por el resultado de Francia con el dúo Madame Monsieur o la sorpresa del buen resultado de Austria.

En cuanto a España, resignación. Para muchos de los eurofans, la pobre puesta en escena fue determinante para que el dúo "almaia" no destacase entre el resto de las actuaciones, viéndose desplazada hasta el puesto 23.

"Pese a la gran calidad de nuestros representantes obtuvimos unos resultados bastante malos, quizás por una puesta en escena demasiado austera." Afirmaba el sierense Javier Rato que se desplazó a la capital lusa junto a sus amigos y siguió la actuación desde la eurovision village de la plaza del comercio.

Se respiraba un ambiente sano, distendido y confraternizador. El denominador en común: el festival de Eurovisión que ayer plegaba sus alas en Lisboa para abrirlas el Año que viene, en el estado de Israel.

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