Todo héroe necesita un villano. Pero en las películas de Hollywood, cuando aparece un villano de altos vuelos también surgen héroes dispuestos a plantarle batalla. En el caso de Harvey Weinstein, el productor acusado por más de setenta mujeres de servirse de su posición de poder dentro de la industria para acosarlas, abusar sexualmente de ellas y, en algunos casos, violarlas, el héroe, uno de los pocos hombres que osaron plantarle cara, tiene un rostro bien conocido: el de Brad Pitt.

En medio del escándalo Weinstein, cuando los casos de abuso sexual afloraban a docenas cada día a lomos del hashtag #MeToo, ya se había conocido el relato de Gwyneth Paltrow, de cómo siendo una prometedora actriz de apenas 22 años había sufrido el acoso del productor y cómo su novio de entonces, un emergente Brad Pitt, había parado los pies al fundador de Miramax. Ahora, la actriz, que ganó el "Oscar" en 1998 por "Shakespeare in Love" -producida, precisamente, por Weinstein- ha explicado con detalles la intervención de Pitt en una entrevista en el programa radiofónico de Howard Stern. Unas revelaciones que hablan muy bien del intérprete y muestran, con toda la crudeza, cómo logró intimidar a Weinstein, hasta el punto que no sólo no volvió a insinuarse a Paltrow, sino que incluso potenció su carrera en vez de frenarla, como haría con otras actrices que se resistieron a sus pretensiones.

Situémonos: estamos en 1996. Weinstein está en la cresta de la ola tras haber lanzado la carrera de Quentin Tarantino y está embarcado en una producción que arrasará en los "Oscar": "El paciente inglés". Pitt, por su parte, es uno de los actores más prometedores de Hollywood: acaba de protagonizar "Se7en", su primera colaboración con David Fincher, y de obtener su primera nominación a los "Oscars" por "12 monos". Los productores se lo rifan.

En "Se7en", Pitt había coincidido con Gwyneth Paltrow, otra actriz con posibles, con la que había iniciado una relación sentimental. También compartía planos, curiosamente, con dos actores que se han visto salpicados por acusaciones de abuso sexual en los últimos meses: Kevin Spacey, al que incluso han "borrado" de la última película de Ridley Scott, "Todo el dinero del mundo", y que está investigado por, presuntamente, forzar a un menor; y Morgan Freeman, al que ocho mujeres han acusado esta semana de verter comentarios inapropiados, de carácter sexual y machista, en varios rodajes.

En aquella época, Weinstein citó a Paltrow, que había firmado dos películas con Miramax, en un hotel de Beverly Hills. Cuando la actriz llegó a la habitación, se encontró al productor en albornoz y preparado para tener sexo con ella.

Paltrow logró salir indemne de la habitación. Cuando le contó la situación a Pitt. El actor no tardó mucho en dejarle las cosas claras a Weinstein. Fue en las navidades de ese año, en la première del "Hamlet" de Kenneth Branagh. En pleno teatro, según revela Paltrow, Pitt arrinconó al productor. "Si alguna vez vuelves a incomodarla, te mataré", le dijo.

La amenaza surtió efecto. Weinstein no se volvió a acercar a Paltrow, que pudo protagonizar con tranquilidad las dos películas acordadas con Miramax, cosechando además un "Oscar" por el camino. "Fue fantástico, porque lo que (Pitt) hizo fue utilizar la fama y poder que tenía en ese momento para protegerme a mí, que entonces no tenía ninguna de las dos cosas", sostiene Paltrow.

El resto es historia, y pronto será película. Pitt y Paltrow se separaron al poco. Weinstein siguió haciendo de las suyas durante veinte años, hasta que el tsunami del #MeToo y el testimonio de actrices como Rose McGowan precipitaron su caída. Pitt es ahora un astro mayor de Hollywood y uno de los productores con mejor olfato de la industria. Entre sus próximos proyectos, destaca su interés por llevar el "escándalo Weinstein" al cine. Huele a "Oscar"... y a ajuste de cuentas.