Maxim Huerta aparece a diario en 'El programa de Ana Rosa'. El periodista, que empezó su carrera en RTVV y posteriormente pasó a los Informativos de Telecinco, describe las claves de su cuarta novela, 'La noche soñada'.

¿El resumen de la novela en versión castiza podría ser: "madre no hay más que una"?

Absolutamente. Que tanto trabajo se quede en una frase está muy bien.

Lo que viene después de la madre nunca es lo mismo, ¿no?

No. Lo demás son pequeños paraísos.

¿En su infancia se le cruzó alguna Ava Gardner, como en la trama de la que cuelga la novela?

Así es. Y me creí Berlanga.

Me lo explica.

Tenía unas tías que venían de París y me parecían Ava Gardner; traían el glamour que nos faltaba, el deseo, la fantasía, el olor a perfume caro.

¿Cómo es su noche soñada?

La viví el día que presenté la novela rodeado de amigos, de vino, de Ana María Matute, que para mí es lo más grande en literatura. Una noche soñada que acabó al sol.

¿La literatura es el túnel que está excavando para escapar de la televisión?

No. Es un paseo al aire libre con el que respiro aire puro y me quita de las vanidades, aunque tampoco las trabajo yo mucho, eh.

"El chico nos ha salido inteligente", dijo su jefa, Ana Rosa Quintana, el otro día.

Eso dijo mientras yo estaban firmando libros y bebiendo vino.

Como si fuera su madre.

Es que en más de una ocasión, en directo y fuera de micro, me he equivocado y la he llamado mamá.

Se ayuda de canciones al escribir. ¿Cuál es la banda sonora de 'La noche soñada'?

Una mezcla de canciones italianas y boleros de Olga Guillot. Es la forma que tenemos de vivir y de amar la gente del Mediterráneo.

¿Del Mediterráneo aún, después de tantos años en Madrid?

No se pierde. Mi casa tiene pinta de casa de mar. Parece un bar de gambas en medio de Madrid (ríe).

Es una pregunta tan obligada como indiscreta: ¿qué ha hecho con los 100.000 euros?

No los he visto aún, pero la mitad se irán para Hacienda, eso es seguro.

¿Cómo es su vida en Madrid? ¿Se ha alejado de los orígenes, Utiel y Valencia?

Utiel lo visito poco porque desafortunadamente se ha ido yendo la familia, Buñol sigue siendo el centro familiar y los fines de semana de la playa de l´Albir son esa mezcla por la que cada dos fines de semana semanas salgo a 120 de Madrid.

¿Se entiende mejor la tierra de partida cuando se toma distancia?

Se quiere mucho mejor Valencia desde fuera de Valencia, la entiendes mucho mejor, incluso los defectos.

¿La marca de despilfarro y corrupción es la que tenemos?

Desgraciadamente sí, y a nuestro pesar, pero también por culpa nuestra.

¿Veía venir el final de Canal 9, usted que ha estado dentro?

Nunca imaginé un final tan dramático, tan triste y tan mal gestionado. Me quedan muchos recuerdos, amigos y mucha gente que se va al paro. La culpa no es de los trabajadores, es de los gestores, aunque un mea culpa también deberíamos saber hacer todos los que hemos trabajado en Canal 9, porque la voz de su amo no se puede ser en ningún sitio.

¿Ha conocido la manipulación en los informativos de RTVV?

Sí, claro.

¿Y era diferente a otras televisiones?

Yo solo he trabajado en Canal 9 y Telecinco, y basta advertir que el espectador dejó de ver la televisión valenciana, porque era todo el rato un gran hermano de Camps.

¿Es más feliz en el entretenimiento matinal?

No diría entretenimiento. Hago sucesos y actualidad, con lo cual€ Creo que el entretenimiento hace mucho tiempo que dejó de llevarse.

Les suele caer la acusación de televisión morbosa, amarilla.

Todo el mundo tiene un ordenador y yo creo que lo más amarillo y morboso está en Internet.

¿Se siente más escritor que periodista ya?

Sí, un escritor que trabaja en la televisión un ratito; tampoco tanto, ¿no?