Leonor Watling (Madrid, 1975) con- juga sin problemas su carrera como actriz -a las órdenes de Almodóvar, Cesc Gay o Isabel Coixet, entre otros- y su vertiente musical. Ahora inicia la gira para presentar ´El porvenir´, el sexto álbum de Marlango, el grupo que comparte con Alejandro Pelayo. "La verdad es que cuando me veo en el coche, con la banda, casi siempre hombres, me doy cuenta de que empatizo fácilmente con ellos. No me cuesta entenderles. ¡Y componer con Alejandro es tan sencillo y nos entendemos tan bien! Creo que, en general, he tenido mucha suerte con los ´hombres de mi vida´", afirma riendo la actriz, pareja del cantautor Jorge Drexler, con quien tiene dos hijos.

"Sin embargo, estoy convencida de que el hombre tiene otro cableado. Diferente al nuestro. Se enfrentan a lo sentimental de otra manera. Por eso existen esos malentendidos monumentales y por eso ocurren también cosas maravillosas entre unos y otras. No soy muy amiga de los clichés, pero reconozco que al menos con un pie pisan en la realidad. Hay hombres sin miedo al compromiso y mujeres que no se tiran a la piscina del romance con verdadera valentía, pero generalmente suele ser al revés".

En su opinión, los miles de años de historia de la humanidad son un parpadeo a la hora de opinar sobre las diferencias entre géneros. "Aunque tenemos esa pátina de ser muy civilizados, ese tiempo en materia de evolución animal es muy poco. Hay cosas que están en nuestro código genético; las puedes trabajar y cambiar, pero vienen de serie y tienen que ver con cazar bisontes, en el caso de unos, y con recolectar bayas, en el caso de otras. Hoy en día también hay muchas mujeres embarazadas a las que les pide el cuerpo hacer nido, y muchos hombres a quienes les da por salir a cazar más; por echar más horas en el trabajo para llenarlo de comida. Esto no es ni bueno ni malo, es innato. Pero, cuando provoca desigualdades ?agrantes entre géneros, no se pueden tolerar", argumenta.

"De feminismo ando bien surtida", concluye. Debe de ser la impronta de la reina Leonor de Aquitania a la que debe el nombre de pila, "que fue, según se dice, la primera feminista de la historia. De niña mi madre me lo explicaba y no lo acababa de entender. Yo creo que ella, como santa Teresa, rompió el molde de la mujer callada y dócil de su tiempo. Tenían un impulso emocional que les hacía rebelarse contra lo que se les hacía injusto, y ese es un sentimiento muy fácil de compartir", asegura.