Elvira Mínguez (Valladolid, 1965) puede presumir de haber trabajado con grandes directores de varias generaciones: de Armendáriz a Uribe y de Dani de la Torre a Cesc Gay. De sus 4 nominaciones a los Goya, ganó uno, por 'Tapas'. Su último personaje es Caridad Mercader, espía y madre del asesino de Trotski, en 'El elegido'.

¿Los personajes, mejor cuanto más complejos?

Caridad merece una película. Se puso todo por montera. Creó a su alrededor la dictadura del miedo y fue egoísta. Pero tuvo huevos.

¿Le interesa interpretar personajes que han existido en realidad?

Me gustó mucho bucear en la vida de Clara Campoamor. Con las personas reales tienes muchos datos y menos margen de maniobra, pero como la historia está contada por los hombres, los pocos personajes femeninos que aparecen son potentes y excepcionales.

¿Ve el machismo en el mismo punto de siempre?

Me pone muy nerviosa cuando escucho que alguien dice que no es machista, porque creo que no podremos terminar con ello hasta que nos demos cuenta de que todos lo somos. Las mujeres lo transmitimos, y de qué manera.

Hace 22 años debutó en Días contados. ¿Cómo se recuerda?

No me acuerdo; tengo la sensación de que no he cambiado tanto. Quizá era más inocente, estaba más ilusionada, era más nerviosa y probablemente más espontánea. Me quedo con la Elvira actual.

Sonrisas en las películas, pocas€

Y yo me paso el día riendo€ Bueno, Días contados inició mi carrera con un personaje sin ganas ni tiempo para eso, y ahí me quedé. Esperando a que me descubran para la comedia.

¿Qué le hace reír?

Un poco todo. Tengo tendencia a ver el lado jocoso de las cosas y a no ponerme trascendental. El otro día encontré una frase genial: "Feliz aquel que puede reírse de sí mismo, porque nunca dejará de divertirse", la tengo puesta en la mesa de trabajo.

¿Cómo es ese lugar de trabajo?

Tengo una mesa enorme y antigua y una silla de rejilla que está pintarrajeada y desvencijada, que es la mía. Ahí tengo el ordenador. Y hay una ventana desde la que se ve la sierra. Pero no trabajo ahí. Siempre acabo en la cocina, junto a la cafetera. Tengo querencia a la cazuela.

¿La buena mesa le hace disfrutar?

Y jugar a coches teledirigidos con mi hijo, y tomar un café, leer, pasear, correr por el monte. Antes me machacaba más y ahora me limito a 20 minutos a trote cochinero. Hay que cuidarse siempre, por salud mental.

¿Entiende los estiramientos faciales de actrices y actores?

Existe la idea errónea de que, si aparentas menos años, tendrás más trabajo. Se rinde culto a la juventud en vez de aprovechar la sabiduría de los mayores, poco menos que se los destierra salvo cuando se necesita su pensión, generalmente escuálida. Yo soy yo con mis arrugas, mis canas y sin photoshop. Y cada cual que haga lo que quiera.

Si se pierde, ¿dónde buscarla?

Si me pierdo es porque me he querido perder. No me busquen.