La firma Andresgallardo se impregnan del imaginario oscuro de Lewis Carroll en 'Alicia a través del Espejo' y da un golpe de timón al estilo naif de sus joyas de porcelana, con una nueva colección en la que sus delicados animales se tiñen de tonos negros y metalizados.

Los madrileños Andrés Gallardo y Marina Casals, tándem creativo de la firma, son el vivo ejemplo de lo que se puede conseguir con mucho esfuerzo y una propuesta novedosa, en plena crisis económica.

Su divertida propuesta de joyería hecha con restos y figuras de porcelana, ha conseguido en apenas dos años un total de 30 puntos de venta en España y el extranjero, y el favor de prensa y sector.

"Creo que la base de nuestro éxito es que hemos hecho algo novedoso, especial. El consumidor está saturado de ver siempre lo mismo y nosotros llegamos con algo diferente en el momento adecuado", argumenta Andrés Gallardo a Efestilo durante la presentación de su colección en Madrid.

Fue él quien comenzó a hacer piezas para amigos y familiares utilizando restos de vetustas figuritas de porcelana, que rompía y luego engarzaba en surrealistas y coloridas combinaciones; más adelante, con su amiga Marina Casals, se animó a lanzar el proyecto y establecer la marca como un proyecto empresarial.

Pero este éxito no ha venido de un día para otro, ambos estudiaron moda y llevan años trabajando en firmas como Duyos, Don Algodón, Bimba y Lola o Raasta, y el cayo se nota.

Esta colección, titulada 'Through the Looking Glass' -'Alicia a través del Espejo'-, cuenta con animales nuevos -el conejo- pero no han abandonado los leones, panteras y la famosa águila -una réplica de una figura de porcelana de la abuela de Andrés- con las que se dieron a conocer hace apenas dos años.

Conscientes de la volatilidad del sector, no quieren hacer algo "radicalmente diferente", ya que la clave para que su proyecto no sea cosa de un día está en "no dar pasos gigantes, pero tampoco quedarse estancado", explica Casal.

En este sentido práctico, la colección ideada para el próximo otoño/invierno también incluye piezas "más ponibles", para todos los días, como diademas, pendientes y anillos, hechos con delicados animales y sencillas flores, menos llamativos que los recargados collares que les dieron fama.

La pieza favorita de Marina es un collar ajustado y hecho con delicados conejitos, que está segura volverá "loco" al comprador japonés; mientras que la de Andrés es un brazalete con estructura de metal acabada con dos cabezas de caballo, una pieza "que se acerca más a la estructura de joya y se aleja un poco del collar roto", comenta orgulloso.

Al principio su diseño era bastante experimental, recolectaban piezas en mercadillos y tiendas que luego rompían para formar collares, pero cuando los pedidos les desbordaron buscaron ceramistas especializados en Portugal (animales), Madrid y Manises, una localidad valenciana donde encargan sus flores y que se ha visto muy afectada por la crisis.

Este fue uno de los primeros lugares a los que acudieron a buscar proveedores, señala Casal, que se ríe al recordar la cara de sorpresa con que les miraban cuando decían que hacían collares hechos con piezas rotas y necesitaban material.

Aunque a veces les ayuda algún amigo, siguen siendo ellos quienes montan las piezas, contestan el correo y luchan cada día con proveedores y clientes, además de atender a prensa y una larga lista de tareas, explican ambos, que jamás se hubieran esperado el éxito que han tenido.

Ahora es cuando la firma "comienza a arrancar de verdad" comenta ilusionada Casal, que comparte con Gallardo la certeza de que "creer en uno mismo" ha sido el principal motor de su proyecto y lo será para cualquier otro que comience en una coyuntura económica como la actual.

También son conscientes de la necesidad de "renovarse continuamente" como marca y "crear un mundo imaginario donde haya muchas más cosas", así, ambos están dándole vueltas a, por ejemplo, diseñar una vajilla o alguna prenda, avanzan timidez.