La aparatología doméstica de cosmética se centra ahora en el rejuvenecimiento facial. El láser portátil Tria Skin Rejuvenating se inspira en los tratamientos dermatológicos profesionales y sirve para minimizar las arrugas y las líneas de expresión estimulando la regeneración de las células y la producción de nuevo colágeno.

Los expertos de la marca recomiendan utilizarlo por la noche, pasando la máquina por la frente, alrededor de la boca, la barbilla y las mejillas durante dos minutos. El propio aparato avisa cuándo cambiar de zona con un pitido y, tras su uso, se puede notar un leve enrojecimiento. El tratamiento se aplica durante ocho semanas y se ha de interrumpir durante un mes.

El aparato llega avalado por las normativas de seguridad europeas, de Estados Unidos y Canadá, pero para hacer un buen uso de él hay que tomar ciertas precauciones, como seguir las instrucciones al pie de la letra y resolver cualquier duda con especialistas de la marca o un dermatólogo. No se puede utilizar después de un peeling químico ni en pieles sensibilizadas o con tendencia a tener alergias. También hay que evitar pasar la máquina sobre zonas micropigmentadas o tatuajes.

El futuro próximo apuesta también por la luz pulsada intensa (LPI) para mejorar en casa la apariencia de la piel. "Es una alternativa al láser para borrar las manchas de la edad, eliminar las rojeces y disimular líneas de expresión y arrugas", afirma la doctora Frauke Neuser, comunicadora científica de Olay, una marca que lanzó el pasado año el cepillo Regenerist para multiplicar la eficacia de la limpieza de la piel. "Es una técnica eficaz también para reparar los daños superficiales provocados por el sol y los capilares rotos, y minimizar los poros", comenta.