El vello corporal no gusta a las mujeres. Los cánones de belleza femenina pasan por la ausencia de pelo en gran parte del cuerpo; de ahí que la depilación sea uno de los tratamientos estéticos más frecuentes de cuantos llevan a cabo las mujeres en España, sobremanera en los meses próximos a la primavera y el verano. La llegada del calor obliga a aligerar la ropa y dejar al descubierto zonas en las que crece un vello que afea el cuerpo.

Para mejorar la imagen personal, en estos meses aumentan las visitas a los centros que cuidan la belleza y estética femeninas. Es tiempo de someterse a incómodas sesiones de depilación para eliminar el pelo corporal. Hasta hace unos años, la cera era el sistema más utilizado para intentar mantener a raya el crecimiento del vello corporal, si bien existían y continúan existiendo otros métodos más sencillos para retirar el pelo. De entre éstos, los más populares son las cremas depilatorias y el rasurado con maquinilla, que tienen en su contra la rápida aparición del indeseable pelo. Asimismo, existe la depilación eléctrica, de efectos prolongados pero cuya aplicación se dilata en el tiempo y requiere largas e incómodas sesiones.

En los últimos años, estas fórmulas se están sustituyendo por la depilación con láser, que prácticamente asegura la desaparición del pelo tras un número de sesiones que varía en función de cada tipo de pelo y piel. La garantía que ofrecen, siempre y cuando sean aplicados por profesionales cualificados y de contrastada formación y siguiendo unas normas de seguridad, los ha convertido en los tratamientos corporales más solicitados de la medicina estética, según se desprende de un estudio patrocinado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). De hecho, de los alrededor de 3.500 centros que ofrecen en España servicios de medicina estética, unos 1.800 dicen realizar este tipo de tratamientos.

El elevado interés y la alta demanda que suscita la depilación por láser ha llevado a la citada organización científica sin ánimo de lucro, fundada en 1984 y que cuenta con más de 600 médicos asociados en toda España, a crear el siguiente decálogo básico de seguridad en depilación por luz. Por ello, aconsejan a cuantas personas (hombres y mujeres) estén valorando la posibilidad de utilizar este método para decir adiós al vello, sigan las siguientes pautas:

1. Realizar un historial clínico del paciente para prever reacciones adversas o efectos secundarios no deseados.

2. Analizar el tipo de pelo y de piel, ya que la fotodepilación debe adaptarse a sus características.

3. Informar pormenorizadamente sobre la técnica que se va a utilizar y de las características propias del tipo de aparato (seguridad y eficacia).

4. El paciente debe firmar un documento de consentimiento en el que declare estar debidamente informado y autorice expresamente la depilación con dicha máquina (marca y modelo).

5. Conocer los fármacos que está tomando el paciente, puesto que algunos pueden provocar crecimientos del pelo, fotosensibilidad o reacciones fototóxicas, fotoalérgicas y fotodinamizantes.

6. Abstenerse de tomar el sol el tiempo necesario antes del tratamiento ya que la aplicación del láser en pieles bronceadas puede producir quemaduras.

7. La depilación está absolutamente contraindicada en pacientes tratados con ácido 13- cis retinoico, fotosensibles, fiebre o infección aguda.

8. Se deben tomar precauciones especiales con pacientes que sufran herpes recurrente, en personas de pieles negras o muy oscuras y en mujeres embarazadas o en situación de lactancia.

9. Normalmente, los efectos secundarios (especialmente de la piel y pequeñas inflamaciones) son transitorios e intrascendentes, y en menos del uno por ciento de los casos puede aparecer

foliculitis, hiperpigmentación, costras, púrpura, erosiones, cicatrices, fotofobia, aumento transitorio de la pilosidad o edema palpebral.

10. Si el láser se aplica accidentalmente en los ojos o en zonas de piel que no son las correctas se pueden ocasionar conjuntivitis, opacidad de la córnea, dificultad para percibir los colores azul y verde, quemaduras y cicatrices.