¿Alguna vez te has parado a pensar cuando te das una crema?, ¿qué proceso hay detrás? Interesante, ¿verdad?

Y ¿cuántas veces has visto una capa de grasa al acercarte a la piscina o a tu alrededor nada más meterte en el agua? ¿Qué impacto tiene en el mundo marino y qué futuro le vamos a dejar a las nuevas generaciones?

A día de hoy, la supervivencia de los arrecifes de coral está amenazada. En los últimos 30 años, el 27% ya se ha perdido para siempre. Minimizar el impacto medioambiental es vital. Cada cierto tiempo la madre tierra se revuelve con huracanes y demás fenómenos atmosféricos, por la cantidad de emisiones dañinas que emitimos entre todos. Con un poquito que pusiéramos todos de nuestra parte ayudaríamos a la preservación del ecosistema y que nuestros hijos tuvieran un futuro mejor.

Por eso es importante, que a la hora de adquirir una crema no sólo la elijamos en función de sus propiedades hacia nuestra piel sino también a sus componentes, impacto en el medioambiente, método de elaboración... Muchas firmas se preocupan ahora, además de ayudarnos al cuidado de nuestra piel y protegernos de la exposición solar, de la responsabilidad para conservar, proteger y asegurar un mundo mejor. Sus objetivos se centran en la innovación y la tecnología, las texturas, fórmulas, sin siliconas, con acabado transparente, con toque seco y texturas ligeras, untuosas o matificantes y olores que sean acordes a los gustos de cada uno, y como no de ver qué plantas activos o compuestos son los mejores para cuidar, nutrir y proteger nuestro cuerpo.

La cosmética respetuosa con el medioambiente tiene multitud de productos para ofrecernos.