Kris, Kourtney, Khloe, Kim, Kendall y Kylie, de todas las Kardashian, la más camaleónica es la pequeña del clan. Cambia tantas veces de peinado, de corte y de tinte como el resto de los mortales de ropa interior. ¿O quizá sean pelucas? ¡Pero qué importa! Con el nuevo año, Kylie ha vuelto a sorprendernos con su nuevo cambio de look: se ha pasado al bob con un color rubio platino que ni en sus mejores sueños lo hubiera conseguido Taylor Swift.

La modelo no teme experimentar y por eso precisamente se ha convertido en una gurú de la belleza capaz de teñirse con los colores del arco iris o pasarse al platino más puro a lo Marilyn Monroe como el que estrenó hace solo unos días en Snapchat para empezar el año con una nueva imagen, rompedora y que nada tiene que ver con la anterior.

Aunque su melena original es negra azabache, le gusta jugar con ella, por eso en junio del año pasado la lucía corta aunque solo unos días atrás apareció con una peluca azul pitufo. En ese mismo mes había posado con una melena XXL gracias a las extensiones de color negro y en otra ocasión reapareció rubia pero con raíces negras. ¡Eso es un no parar!

En Coachella, en abril, apareció con el pelo naranja y sus habituales raíces negras, solo unos días después de posar con el pelo en diferentes tonos pastel.

Pero antes de eso optó por el púrpura, el negro o el rosa chicle, como la peluca tan poco natural que llevó al desfile de Vera Wang en febrero de 2016. A diferencia del año pasado, que lo empezó con su melena morena y larga, este lo ha hecho con una corta y rubia. Todavía quedan 11 meses por delante en los que la pequeña del clan pueda sorprender con su enésimo cambio de look.