La palabra que mejor define ahora el maquillaje es glossy (o wet), la textura que ilumina y da un aspecto más fresco a la piel y que no hay que confundir con los brillos de la zona T (frente, nariz y barbilla). El glossy triunfa sobre todo en pómulos y párpados. La naturalidad, al menos aparente, sigue siendo tendencia y convive con los labios en rojo subido, con mezcla de tonos o como mal pintados, sin marcar los contornos. La cuota de riesgo la ponen las barras de labios azules que han marcado territorio en la pasarela y acumulan likes en Instagram.

Más colorete que eyeliner. Los ojos también se adornan con sombras y trazos azules y otros colores primarios como el amarillo y el rojo. Se llevan las pinceladas casi expresionistas y con un toque naif que aparenta improvisación, mientras que el hasta ahora omnipresente eyeliner se relaja o retira. El colorete en distintos tonos y combinado con iluminador y polvos de sol es el secreto de una cara saludable. Junto a los correctores que camuflan granitos, manchas y ojeras, las cejas bien definidas y la máscara de pestañas son las reinas de una buena autofoto.

Acertar a cualquier edad

Eduardo Ferreira, director artístico de Bobbi Brown, da las pautas para realzar los puntos fuertes y evitar errores que ponen años encima:

  • Las 'millenials': "Su edad se lo permite todo. Es el momento de probar todos los colores y texturas. Hay que aplicar los fondos sólo en ciertas zonas y en poca cantidad para evitar pegotes. Lo mejor es apostar o por los ojos o por los labios. Y marcar y peinar las cejas hacia arriba. Para el día a día basta con un poco de hidratante con color, un toque de colorete, brillo de labios y máscara de pestañas".
  • Para treintañeras: "La piel sigue a la vista con bases de cobertura ligera, pero hay que cuidarla más, con sérums y contornos de ojos. Y conviene un corrector para neutralizar rojeces y el antiojeras. Yo lo aplico de dentro afuera y antes que el maquillaje. Hay que elegir un tono ligeramente más claro que el de la piel y no se usa jamás en el párpado superior. Los labios admiten cualquier acabado, y con un poco de máscara y colorete, ¡listas!".
  • A partir de los 40: "Elegir bien la hidratante y la base y tener cuidado con las texturas oil free, que pueden cuartearse y secar la piel. No aplicar una gruesa capa de maquillaje. Los labios se pueden destacar evitando los tonos marrones, que envejecen. Las sombras de ojos, mejor sin brillo y, si los párpados están caídos, adiós al eyeliner. Mejor un buen diseño de cejas que eleve la mirada. Iluminadores y prebases y polvos matificadores ayudan a disimular líneas de expresión".