Más de cinco niños españoles reciben cada mes un trasplante de riñón (entre 60 y 70 anuales), una cifra que ha permanecido estable en las últimas décadas y que sitúa a España entre los países europeos con mejores datos.

De hecho, España supera a la media de la Unión Europea en número de niños que son trasplantados como primera opción tras el diagnóstico de insuficiencia renal terminal y que no necesitan tratamiento con diálisis (un 30% frente al 20%).

Así lo ha puesto de relieve el doctor Ángel Alonso, coordinador de la Asociación Española de Nefrología Pediátrica para el Registro Español Pediátrico de Insuficiencia Real Terminal, cuyos últimos datos se han presentado hoy en rueda de prensa.

En esos momentos, se estima que solo 60 niños-adolescentes en nuestro país están esperando un trasplante y el tiempo de espera no supera el año.

Este tiempo, según ha explicado el doctor Alonso, no está motivado, en muchos casos, por la falta de posibles donantes, sino porque se recomienda esperar al menos a los dos años, a que el cuerpo y los órganos del niño estén formados, antes de someterle a ese tipo de intervención.

El trasplante renal es el mejor tratamiento y la primera opción cuando fallan los riñones, pero el "momento ideal" es cuando el niño tiene un año y medio o dos años.

Por debajo de esa edad (lactantes), un 20 por ciento de los niños reciben tratamiento sustitutivo, bien diálisis peritoneal (domiciliaria) o hemodiálisis.

Esto es posible gracias a los nuevos procedimientos técnicos que permiten sacar adelante a neonatos o lactantes con insuficiencia renal.

En la mayoría de los casos, se produce por una malformación genética del riñón y de las vías urinarias y tan solo un 20% se debe a anomalías hereditarias.

La alta tasa de trasplante renal infantil en España está asociada, en gran medida, a la concienciación sobre la donación, pero, más en concreto, al aumento de donantes vivos.

La baja mortalidad infantil ha hecho que el número de trasplantes de donantes vivos se haya duplicado en España en los últimos cuatro años, representando el 22 por ciento del total.

En nueve de cada diez casos provienen de los progenitores: 60% de la madre y 40% del padre. Además, según ha señalado el doctor Alonso, en estos momentos hay un niño en lista de espera para participar en un trasplante cruzado. El rechazo es casi anecdótico en este grupo de población y la supervivencia es del 98%.

Según el registro, de cada cien niños trasplantados, 97 sobreviven a los diez años (cuando el órgano procede de donante vivo) y 80 en el caso de donante fallecido.

El doctor Alonso ha explicado que la mayor supervivencia se produce en niños pequeños (entre dos y tres años), mientras que decrece en adolescentes.

La causa está en el abandono del tratamiento por parte de los adolescentes: "A esa edad no se hacen bien las cosas y los chavales dejan de tomar la medicación" (inmunodepresores de por vida), con lo que la posibilidad de perder el injerto es mayor.

En España hay siete hospitales en los que actualmente se realizan trasplantes renales pediátricos: Virgen del Rocío (Sevilla), La Fe (Valencia), San Juan de Dios y Vall d'Hebron (ambos en Barcelona), Cruces (Bilbao) y Gregorio Marañón y La Paz (los dos en Madrid), un número que, según el presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Serafín Málaga, es suficiente.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Nefrología Pediátrica, Víctor Manuel García Nieto, ha asegurado que los pacientes pediátricos necesitan el cuidado de profesionales con formación especializada.

Por ello, tanto desde esta asociación como desde la AEP se reivindica el reconocimiento de las especialidades pediátricas.

En la actualidad, hay en España hasta 19, pero no están reconocidas oficialmente, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos o Estados Unidos. "Las especialidades pediátricas existen a pesar de nuestras autoridades", ha subrayado el doctor García Nieto.