Las personas que comen chocolate con frecuencia suelen tener un índice de masa corporal inferior al de aquellas que no lo consumen, según un estudio de la Universidad de California (EE.UU.) publicado en la revista "Archives of Internal Medicine".

El estudio, realizado por la doctora Beatrice Golomb, de la Universidad de California en San Diego, y su equipo, da un respiro a quienes temen que comer chocolate pueda traducirse en unos kilos de más.

El consumo, eso sí, moderado, de ciertos tipos de chocolate, en particular de los más puros, ha sido relacionado con algunos cambios metabólicos favorables en cuanto a presión arterial, sensibilidad a la insulina y niveles de colesterol.

El equipo descubrió que comer pequeñas cantidades de chocolate puede ayudar a reducir la deposición de grasa por caloría y compensar las calorías extras de su consumo.

Para comprobar su hipótesis, los investigadores analizaron la información dietética de 1.018 pacientes, hombres y mujeres, de peso y estatura medios, sin problemas cardiovasculares previos, diabetes o niveles altos de colesterol.

Los participantes respondieron a diferentes preguntas sobre sus hábitos alimenticios, dijeron cuántas veces por semana consumían chocolate y se calculó su índice de masa corporal.

Los participantes, que tenían 57 años de media, comían chocolate unas dos veces por la semana y hacían ejercicio 3,6 veces por semana.

El estudio reveló que "los adultos que consumían el chocolate con más frecuencia tenían un IMC más bajo que aquellos que lo consumían menos a menudo".

El problema, añade el estudio, es que a los productos del chocolate en su forma habitual se les añade azúcar y grasa, por lo que algunos pueden elevar el índice de masa corporal o impedir que en algunas personas su consumo reducido tenga el mismo efecto.