El antídoto al gatillazo, el milagro en forma de pastilla azul que permitió solucionar los problemas de erección de manera rápida y sencilla, acaba de cumplir 15 años. En marzo de 1998, la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EEUU daba el visto bueno a la comercialización de la Viagra, el primer fármaco contra la disfunción sexual que llegó al mercado. En la actualidad hay otros dos fármacos similares, pero Viagra acapara el 45% del mercado.

Los médicos sostienen que la llegada de este medicamento supuso “un cambio radical” tanto a nivel sanitario como social. “Hasta entonces los pacientes tenían que inyectarse una sustancia en el pene o recurrir a una prótesis, algo a lo que renunciaba la mayoría. Además, gracias a la Viagra, la disfunción eréctil dejó de ser un tema tabú y comenzó a hablarse de ella con naturalidad”, señala el jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de A Coruña, Venancio Chantada.

La pastilla que revolucionó la sexualidad madura nació por casualidad. Científicos estadounidenses preparaban un fármaco contra problemas coronarios cuando descubrieron que los pacientes no devolvían las pastillas al finalizar el tratamiento. Al pedir explicaciones, la respuesta fue clara. Todos notaban que sus relaciones sexuales habían mejorado. “La compañía vio que un fármaco para la disfunción eréctil era más rentable”, indica Chantada, quien recuerda que el Hospital de A Coruña fue el único de Galicia en realizar un ensayo clínico antes de la comercialización de este fármaco en España. “Se probó en una veintena de pacientes”, sostiene.

La clave de la Viagra y sus hermanos -Zelitra y Cialis- está en que aumentan el flujo sanguíneo que va hacia el pene, lo que permite que este se endurezca y permanezca firme durante más tiempo. Pero no solo quienes sufren impotencia debido a problemas vasculares recurren a este fármaco. “También es eficaz en lesionados medulares, pacientes con una patología neurológica o incluso en quienes no tienen erecciones por problemas psicológicos. La Viagra se la provoca y esto ayuda a que recuperen el deseo”, indica Chantada, quien resalta que mejorar las relaciones sexuales no es la única virtud de la pastilla azul. “Se ha comprobado que mejora los síntomas de próstata, el riego sanguíneo o el riesgo de sufrir arteriosclerosis. En unos años creo que habrá otra pastilla similar que tomarán todos los mayores de 50 años”, resalta.

Los médicos piden además acabar con falsos mitos sobre este tipo de fármacos. Cualquier hombre con problemas de erección -tenga un bypass, un marcapasos o haya sido trasplantado del corazón- puede tomar “con tranquilidad” este medicamento. Solo dos grupos de pacientes tienen vetado el acceso a la pastilla azul. “Aquellos que sufren cardiopatía isquémica y se tratan con nitratos porque sus fármacos pueden interactuar y causar un bajón de tensión y aquellos pacientes cuyo estado físico sea lamentable, gente que no puede hacer esfuerzos como subir a un segundo piso sin oxígeno. No es que Viagra les sea perjudicial es que no pueden mantener relaciones”, resalta.

Los fármacos orales contra la disfunción eréctil son un negocio suculento para los laboratorios farmacéuticos. Por ello, la industria no cesa en la investigación para diseñar nuevos medicamentos que mejoren los actuales. “En la actualidad hay en marcha unas 400 investigaciones sobre fármacos dirigidos a solucionar este problema no solo a través de mejorar el riego sanguíneo sino también mediante otras vías”, indica el jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de A Coruña, Venancio Chantada.

Eso sí, en la carrera por ser la alternativa a la Viagra muy pocos llegarán a la meta. "Calculo que de esos 400 solo unos 10 o 15 llegarán al mercado finalmente", indica Chantada, quien recuerda que en algunos países como Brasil, Corea del Sur o EEUU existen fármacos contra la erección distintos a Viagra, Levitra y Cielis. “Son de la misma familia y apenas aportan novedades, por ello no se comercializan en España”, sostiene.

Los fármacos contra la impotencia solo pueden consumirse bajo prescripción médica, pero como en todo, hay quienes arriesgan su salud adquiriéndolos por otras vías. "Se sabe de jóvenes que las consumen de noche para mejorar su actividad sexual y las adquieren en internet. Es un peligro porque ellos piden Viagra, pero realmente no saben lo que les están dando. Puede ser cualquier sustancia recubierta de algo azul para simular este fármaco", indica Chantada.