El hipertiroidismo se produce más en mujeres que en hombres y afecta a gran número de personas aunque en muchos casos no está diagnosticado. Dado que la glándula tiroidea controla el metabolismo del cuerpo, una tiroides hiperactiva aumenta los ritmos del organismo.

Según señalan desde el blog dirigido a pacientes de la Escuela de Medicina de Harvard, los síntomas de una tiroides hiperactiva pueden ser sutiles y sugerir una variedad de otros problemas de salud, que van desde un problema intestinal a una enfermedad cardíaca o un tema de salud mental.

Los facultativos estadounidenses apuntan que algunos de los signos y síntomas de una tiroides hiperactiva incluyen:

Intolerancia al calor: un metabolismo acelerado conduce a un aumento en la temperatura corporal.

Agotamiento: un cuerpo en perpetua aceleración se agota más rápido.

Cambios emocionales: el cansancio se empareja con un sistema nervioso central hiper-estimulado que puede conducir a una variedad de cambios emocionales. La ansiedad se intercala con la depresión y el insomnio o la irritabilidad también son frecuentes.

Transpiración y sed: a medida que la temperatura del cuerpo aumenta, las glándulas sudoríparas tienden a funcionar en exceso y la sensación de necesitar reponer líquidos es continua.

Hambre constante: a medida que el cuerpo agota la energía, tiende a pedir más. Algunas personas tienen un apetito insaciable.

Pérdida de peso inexplicable: incluso aunque se coma de forma constante, se podría perder peso, alrededor de entre dos y cuatro kilos y medio, incluso más en casos extremos.

Corazón al galope: se puede sentir que el corazón va demasiado rápido. Esto puede ocurrir cuando se realiza ejercicio o cuando se está en reposo. El pulso podría ir mucho más rápido de lo normal.

Glándula tiroidea de mayor tamaño: algunas veces, pero no siempre, la glándula tiroidea se agranda y puede protruir del cuello para formar un bocio. Si el bocio es lo suficientemente grande podría notarse al tacto.

Temblores de manos: los nervios hiper-estimulados pueden hacer que las manos tiemblen. El temblor puede ser sutil o puede llegar a un punto en el que no se pueda llevar una bebida sin derramarla.

Diarrea: una tiroides hiperactiva hace que el sistema digestivo se acelere y esto conduce a movimientos intestinales frecuentes.

Problemas oculares: en algunas personas con una glándula tiroidea hiperactiva se pueden presentar problemas oculares. El síntoma ocular más común es una retracción de los párpados que hace que el ojo parezca sobresalir o mirar de forma fija. Los ojos podrían también estar hinchados y acuosos y experimentar doble visión.

Urticaria: se puede presentar un sarpullido que produce picor y que se puede aliviar con antihistamínicos.

Cambios menstruales e infertilidad: las mujeres podrían notar periodos más ligeros o perder alguno y podrían tener problemas para quedarse embarazadas.

Los médicos estadounidenses concluyen que si se sienten estos síntomas, lo mejor es pedir cita en el médico y realizar una prueba de la función tiroidea. Si no se trata, una tiroides hiperactiva puede ocasionar otros problemas de salud como un mayor riesgo de osteoporosis y hasta posibles problemas cardíacos.