Un tercio de nuestra vida nos la pasamos durmiendo. Teniendo en cuenta que dormir es clave para nuestro equilibrio físico y psicológico, conviene seguir una serie de pautas para conciliar lo más rápidamente el sueño y que éste sea lo más reparador posible. Los expertos nos dan ocho trucos para dormir como un bebé.

Dormir en la oscuridad total y en un lugar silencioso

Según explican desde el Instituto Ferran de Reumatología, la luz en los ojos afecta al ritmo circadiano y a la producción de dos hormonas claves durante el sueño, la melatonina y la serotonina. Si no podemos obtener la completa oscuridad, podemos usar un antifaz.

Dormir en un lugar lo más silencioso posible es tan importante como lo anterior. En este caso podemos recurrir a tapones para los oídos.

Utilizar calcetines

Tener los pies calientes facilita coger más rápidamente el sueño. "Los pies fríos producen el disconfort suficiente como para no descansar bien", indican desde el citado instituto. Además, los pies calientes reducen el número de despertares durante el sueño.

Los pies calientes reducen los despertares durante la noche. Foto: Getty

Cenar de forma ligera

Los expertos recomiendan una o dos piezas de fruta para cenar, así como alimentos con contenido proteico (carnes, pescados?) que ayudan a sintetizar la melatonina y la serotonina. Lo recomendable es que pasen tres horas entre la última comida y el momento de acostarse. También se puede tomar alguna bebida caliente, pero nunca alcohol ni bebidas con cafeína.

La temperatura, a no más de 21 grados

Una habitación con una temperatura muy elevada, o muy baja, perjudica al sueño. Es mejor dormir con más ropa de abrigo. Si podemos regular la temperatura, lo ideal son 21 grados. También podemos usar un calefactor para calentar el dormitorio. Es también aconsejable ventilar la habitación.

Las habitaciones no deben estar muy calientes, pero tampoco muy frías. Foto: Getty Images

Acostarse a una hora fija

El ritmo de trabajo y de vida dificulta el poder acostarse siempre a la misma hora. Pero es aconsejable hacerlo, incluso los fines de semana, si queremos un sueño reparador, aunque no hay que forzar demasiado. De hecho, los especialistas aconsejan irse a dormir cuando notemos que llega el sueño o nos sintamos cansados.

Tomar un baño o una ducha caliente

El agua caliente ayuda a elevar la temperatura corporal, de modo que contrarresta la caída que se produce cuando dormimos. El baño debe tomarse dos horas antes de acostarse y no justo antes.

Evitar despertadores con alarmas fuertes

Despertarse de forma repentina con un ruido estruendoso resulta muy estresante. Si tenemos aprendidos unos hábitos de sueño, lo normal es que nos despertemos de forma espontánea, sin necesidad de un reloj.

Levantádonos siempre a la misma hora, podemos llegar a prescindir del reloj. Foto: Getty Images

Hacer algo de ejercicio cada día

Caminar un cuarto de hora al día o pequeños estiramientos son hábitos que nos ayudarán a dormir mejor. Si estiramos, debemos hacerlo media hora antes de acostarnos. Si salimos a caminar o a correr, hay que hacerlo tres horas antes de irse a la cama y antes de cenar.

Media hora antes de acostarnos podemos hacer algunos ejercicios que ayudan a coger el sueño. Foto: Getty Images