La crisis económica también ha tenido un impacto en el comportamiento de niños y adolescentes, ya que en los últimos años se ha detectado un aumento significativo de diagnósticos de trastornos de conducta en menores, según los resultados de un informe del Hospital San Joán de Deu de Barcelona, en colaboración con Laboratorios Ordesa.

Este aumento, según el informe, puede estar provocado en parte por el aumento de las familias con problemas económicos y los cambios sociales vividos en estos últimos años.

El trabajo se ha elaborado a partir de los datos recogidos en una encuesta realizada entre padres, profesores, pediatras y profesionales de la salud mental de todo el territorio español, para intentar detectar nueva necesidades, mejorar la prevención, la detección precoz y proponer recomendaciones para mejorar el abordaje de los problemas de conducta.

Así, la gran mayoría de los profesionales encuestados para el informe afirma haber detectado un aumento en las demandas por problemas de conducta (96% de pediatras), convirtiéndose en la principal causa de consulta sobre salud mental, según afirman psicólogos y psiquiatras.

Además de la situación económica, los cambios experimentados en la sociedad respecto a las estructuras familiares en los últimos años, junto a un auge de valores como el individualismo, la necesidad de recompensa inmediata o la poca tolerancia al malestar, han comportado un aumento de los trastornos de comportamiento que afectan al entorno del menor.

Por su parte, un 60 por ciento de los padres preguntados para este informe afirmaron que sus hijos manifestaban algún trastorno de comportamiento, que en la mayoría de los casos (22%) se trataba de problemas de aprendizaje. Pediatras y profesores, por su parte, también destacaban un mayor número de casos de síntomas de trastorno negativista desafiante, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o trastorno disocial.

Ante esta situación, la mayoría de los grupos participantes en este estudio reclamaron un aumento de los recursos, mejorar la coordinación entre los diferentes profesionales implicados y proporcionar más formación sobre los problemas de conducta y los recursos o estrategias existentes para su abordaje.

Cómo reaccionan los padres ante la situación

Además, el estudio muestra que la mayoría de los padres ante un posible trastorno de conducta en sus hijos decide acudir al pediatra o médico de familia o acuden directamente a un psicólogo. En cambio, hasta en la mitad de los casos (49,2%) la familia ni tan siquiera comunica el problema a la escuela.

Un dato que muestra la necesidad de mejorar la relación entre los padres y la escuela, espacio dónde también se detecta un importante porcentaje de casos (46,3%).

Los diferentes profesionales que han reflejado su opinión en este informe también inciden en la importancia de la intervención precoz. En el ámbito escolar el 99% de los casos detectados se intentan resolver desde el aula. Los profesores coinciden que la mejor forma de actuar es de forma inmediata y aseguran que en un 50 por ciento de los casos la intervención es bastante rápida.

En el ámbito educativo, el 90% de los profesores aseguran que existen buenos recursos pero insuficientes, y denuncian que además han disminuido en los últimos años. Los padres también consideran necesario incrementar los recursos asistenciales para tratar los problemas de comportamiento.

Por su parte, los pediatras valoran positivamente las estrategias terapéuticas existentes pero consideran que desde los recursos escolares y los servicios sociales se realiza un trabajo insuficiente.