Rara es la casa en la que no quedan sobras de la comida para el día siguiente. Calcular exactamente cuánta comida preparar para las personas que tenemos a la mesa es difícil y, por eso, es habitual que queden sobras. Estos restos de comida pueden ser perfectamente aprovechados al día siguiente sin ocasionar ningún tipo de problemas.

Siguiendo una serie de indicaciones, podrás volver a disfrutar de ese suculento plato sin que esto suponga ningún riesgo para tu salud o para la de tu familia.

Recalentar la comida es una buena práctica ya que ayuda a ahorrar y así evita desperdicios. Por eso, es una costumbre que se repite día tras día en numerosos hogares. Eso sí, hay ocasiones en las que pueden surgir problemas. ¿Cuándo puede resultar peligroso recalentar la comida? Hay una serie de situaciones en la cocina que pueden propiciar la aparición de bacterias y la mala conservación de los alimentos. Si quieres evitar una intoxicación y asegurarte de que el plato que estás ingiriendo es completamente saludable sigue las recomendaciones que detallaremos a continuación.

Intoxicaciones por comidas en mal estado

La intoxicación es uno de los peligros más comunes tras ingerir alimentos en malas condiciones. Las bacterias campan a sus anchas entre los restos de comida en mal estado y ello hace que su ingesta puede resultar peligrosa. La aparición de bacterias es muy común a la hora de recalentar alimentos. Al introducir la comida en el microondas hay que asegurarse que ésta se calienta por completo. El calor es el principal antídoto contra las bacterias ya que las mata.

Hay que tener en cuenta, que el paso previo a recalentar la comida ha sido guardarla en correctas condiciones tras el primer cocinado. El momento de guardar los restos de comida es fundamental para evitar la propagación de las bacterias. Por eso, es recomendable dejar que la comida se enfríe antes de meterla en el frigorífico. Lo ideal es que el plato no pase más de cuatro horas a temperatura ambiente. Posteriormente, antes de guardarlo hay que asegurarse de que éste está bien tapado.

Por último, es muy importante que tanto la superficie de tu cocina, así como el frigorífico estén perfectamente limpios. De esta manera, evitaremos una vez más la contaminación con posibles bacterias.