Las vacunas son uno de los temas sanitarios que más controversias generan entre la población ya que, a pesar de los beneficios que aportan y de que la mayor parte de la comunidad médica las recomiendan, hay muchas personas que se muestran contrarias a la vacunación.

Ante esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe en el que explica los diferentes mitos y verdades que hay entorno a las vacunas:

1. "Las mejores condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades; las vacunas no son necesarias". Falso. "Las enfermedades contra las que podemos vacunar volverían a aparecer si se interrumpieran los programas de vacunación. Si bien la mejor higiene, el lavado de las manos y el agua potable contribuyen a proteger a las personas contra enfermedades infecciosas, muchas infecciones se pueden propagar independientemente de la higiene que mantengamos. Si las personas no estuvieran vacunadas, algunas enfermedades que se han vuelto poco comunes, tales como la poliomielitis y el sarampión, reaparecerían rápidamente", señala la OMS.

2. "Las vacunas conllevan algunos efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aún no se conocen. Más aún, la vacunación puede ser mortal". Falso. Y es que, según recuerda el organismo de Naciones Unidas, la mayoría de las reacciones vacunales son generalmente leves y temporales y, los casos graves, son objeto de seguimiento e investigación.

"Es más probable padecer un trastorno grave por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna. Por ejemplo, en el caso de la poliomielitis, la enfermedad puede provocar parálisis; el sarampión puede causar encefalitis y ceguera, y algunas enfermedades prevenibles mediante vacunación pueden ser incluso mortales. Aunque un solo caso de trastorno grave o defunción por vacunas ya es demasiado, los beneficios de la vacunación compensan con creces el riesgo, dado que sin las vacunas se producirían muchos trastornos y defunciones", asevera.

3. "La vacuna combinada contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, así como la vacuna antipoliomielítica, pueden provocar el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS)". Falso. En este sentido, la OMS recuerda que "no existe" una relación causal entre la administración de las vacunas y la muerte súbita del lactante, a pesar de que esas vacunas se administran en un periodo en el que el recién nacido puede sufrir el SIDS.

4. "Las enfermedades prevenibles mediante vacunación están casi erradicadas en mi país, por lo tanto no hay motivos para que me vacune". Falso, ya que en un mundo sumamente interconectado, esos agentes pueden atravesar las fronteras geográficas e infectar a cualquier persona no protegida.

"Hay dos motivos fundamentales para vacunarse, a saber, protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean. Los programas eficaces de vacunación, al igual que las sociedades eficaces, dependen de la cooperación de cada persona para asegurar el bien común. No deberíamos depender de las personas que nos rodean para detener la propagación de enfermedades. Nosotros mismos también tenemos que hacer nuestra parte", sentencia la OMS.

Vacunar para evitar enfermedades y complicaciones

5. "Las enfermedades de la infancia prevenibles mediante vacunación son algo inevitable en la vida". Falso. Las enfermedades prevenibles mediante vacunación no tienen por qué ser "algo inevitable en la vida", puesto que enfermedades como el sarampión, la parotiditis y la rubéola pueden acarrear importantes complicaciones, tanto en niños como en adultos, que pueden ser evitadas con la vacunación.

6. "La administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar en los niños el riesgo de efectos secundarios nocivos, que a su vez pueden sobrecargar su sistema inmunitario". Falso. "Las pruebas científicas revelan que la administración simultánea de varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre el sistema inmunitario del niño. Los niños están expuestos cotidianamente a cientos de sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmunitaria. El simple hecho de ingerir alimentos introduce nuevos antígenos en el organismo, y numerosas bacterias viven en la boca y la nariz. Un niño está expuesto a muchísimos más antígenos como consecuencia de un resfriado común o una faringitis, que por las vacunas", argumenta el organismo.

7. "La gripe es solo una molestia y la vacuna no es muy eficaz". Falso. De hecho, esta enfermedad provoca cada año entre 300.000 y 500.000 defunciones en todo el mundo. Además, las embarazadas, los niños pequeños, los ancianos con problemas de salud y cualquiera que padezca un trastorno crónico, por ejemplo, asma o cardiopatía, corren un alto riesgo de infección grave y muerte, por lo que la vacunación es la "mejor manera" de reducir las probabilidades de padecerla y, al mismo, de contagiar a otros.

8. "Es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas". Falso. "Las vacunas interactúan con el sistema inmunitario para producir una respuesta similar a la que produciría la infección natural, pero no causan la enfermedad ni exponen a la persona inmunizada a riesgos de posibles complicaciones. En cambio, el precio de la inmunización por infección natural podría ser el retraso mental provocado por 'Haemophilus influenzae' tipo b (Hib), defectos congénitos debidos a la rubéola, cáncer del hígado derivado del virus de la hepatitis B, o muerte por sarampión", explica la OMS.

9. "Las vacunas contienen mercurio, que es peligroso". Falso, dado que el tiomersal, un compuesto orgánico con mercurio que se añade a algunas vacunas como conservante, es el conservante más ampliamente utilizado para las vacunas que se suministran en ampollas de dosis múltiples. De hecho, no hay pruebas científicas que sugieran que la cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas entrañe un riesgo para la salud.

10. "Las vacunas causan autismo". Falso, porque no existen pruebas científicas de una relación entre esa vacuna y el autismo o trastornos autistas.