¿Eres más de zapato plano o de tacón? Son muchas las mujeres que deciden cambiar su calzado habitual para ponerse unos centímetros de más cuando llega el fin de semana o en ocasiones especiales, como las que se dan en estas fechas navideñas. Pero lo que muchas veces desconocen son las lesiones que el uso inadecuado de los tacones puede provocar.

Cuando se apoya el pie descalzo sobre una misma superficie la parte delantera de éste (antepié y zona del metatarso) soporta el 43 por ciento del peso corporal en cada paso, mientras que el 57 por ciento (retropié y zona del calcáneo) lo hace la parte trasera.

Pero este reparto, según la podóloga Salesa Macía Bellas cambia completamente en el caso de llevar un zapato de tacón ya que, se eleva la zona de apoyo del retropié, provocando un aumento del apoyo en la zona del antepié. Esta descompensación entre el reparto de cargas provoca diferentes lesiones:

-El mal reparto de las cargas provoca una alteración postural general, provocando inestabilidad a nivel de la articulación del tobillo y aumentando la posibilidad de sufrir esguinces.

-La descompensación que se produce entre la zona del antepié y del retropié con el uso de tacones provoca que la zona posterior de la pierna se vea obligada a compensar el peso desplazado provocando molestias y contracturas en los gemelos, alerta esta especialista.

-La descompensación entre las zonas del antepié y retropié de forma que la zona posterior de la pierna se vea obligada a compensar el peso desplazado provocando molestias y contracturas en los gemelos.

-La tensión de los músculos de la región posterior de la pierna aumenta con el uso de este tipo de zapatos, según Macía Bellas, lo que provoca una mayor tensión de la rodilla ya que necesita la contracción del cuádriceps y del recto anterior para mantener el equilibrio.

-La cadera también se ve afectada debido a que los desajustes posturales provocan alteraciones a este nivel provocando un aumento de la lordosis lumbar que desembocan en dolores de espalda.

- La excesiva carga que soporta la zona del antepié con un elevado tacón también puede provocar alteraciones a nivel metatarsal, tales como las metatarsalgias o la bursitis.

- La aparición de callos, durezas y la formación de juanetes o dedos en garra son debidos al uso de un calzado excesivamente estrecho.

Consejos

Para que el peso del cuerpo se distribuya de manera equilibrada entre la zona del antepié y la zona del retropié, la doctora Macía Bellas nos da las siguientes indicaciones que deberíamos seguir si no queremos sufrir consecuencias cuando nos 'bajemos' de los tacones.

- Usar un zapato de tacón de 2,5 a 4 centímetros como máximo, lo que propicia que el peso corporal se reparta en la zona del antepié y de la del retropié en la misma proporción.

- Es importante que el zapato esté hecho por materiales de buena calidad y que permitan la movilidad de los dedos en el interior del zapato.

- En el caso de tener que llevar un zapato de tacón durante un período prolongado de tiempo es recomendable llevar un repuesto más cómodos y cambiarlos en cuanto sea posible, concluye la experta.