Martín Alonso camina despacio hacia el colegio Teodoro Cuesta, de Mieres. "Es el primer día que hace frío de verdad, ¿eh?", le dice a su compañera Ari Álvarez. El termómetro de la fachada marca dos grados, y sus papás los han vestido para la ocasión. Él: camiseta interior, camisa de manga larga, sudadera y anorak, además de gorro y guantes. Ella: camiseta interior, camiseta de manga larga, jersey y chaqueta. Es un acierto, porque el primer consejo de los expertos para enfrentarse a las bajas temperaturas es abrigarse "a capas". Nada de un abrigo impenetrable con un vestido debajo. Mejor superponer prendas, para enfrentar los cambios de temperatura con soltura. También hay que cuidar la alimentación y no descuidar los resfriados.

El pequeño Nel Delgado también llega al Teodoro Cuesta abrigado "a capas". En la clase, la profesora le quita el abrigo y la chaqueta, y le viste el mandilón. "Es imprescindible despojarnos de las prendas exteriores cuando llegamos a un lugar con calefacción", afirma Manuel Barrial, expresidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y doctor en Blimea. ¿Cae de cajón? Según la experiencia del doctor, no para todos: "En consulta recibimos a veces a pacientes abrigados a tope, en exceso".

Ni pasarse, ni quedarse corto. El "look" ideal para un día de frío, según Barrial, es una camiseta térmica, una camiseta de manga larga, un jersey (no demasiado abrigado) y una prenda exterior que proteja del frío, el viento y el agua. Atención a las manos y los pies, matiza el médico: "No pueden mojarse bajo ningún concepto". Y la cabeza, que es la gran olvidada: "Puede ser una zona muy desprotegida. A veces cuesta ponerse un gorro, quizás por una cuestión social, pero en invierno son necesarios", afirma el doctor. Llega la hora del recreo. Los pequeños salen al patio, no llueve, y llevan un tentempié: Nel Delgado y Ari Álvarez, galletas; Martín Alonso, un bocadillo. Es su comida favorita para el descanso de media mañana, y no la cambian cuando llegan las bajas temperaturas. Segundo acierto del día. Juan Luis Fernández, endocrino del Hospital Álvarez-Buylla, de Mieres, advierte sobre "la falsa creencia de que hay que consumir más calorías en invierno". Y precisa: "Eso era antes, ahora ya no pasamos tanto frío". Así que nada de "atiborrarse" con la disculpa del mal tiempo. "Lo que sí es cierto es que apetecen platos calientes, platos de cuchara", señala.

Imaginación en la cocina para hacer los potajes de siempre más saludables. Según Fernández, "el compango está muy rico, pero está restringido a ocasiones especiales". Mejor un plato de legumbres estofadas o acompañadas de pescado o marisco: "Son buenas opciones platos como garbanzos con bacalao, o fabes con pulpo". Las ensaladas, mejor templadas, y las verduras, en puré o a la plancha. Si hay un error repetido, añade el médico, es olvidarse de la hidratación. Cuando el agua no apetece, añade Juan Luis Fernández, las infusiones son una buena alternativa para entrar en calor.

Las recomendaciones son para afrontar el frío, pero no son cien por cien eficaces contra los virus. "La gripe es muy caprichosa", afirma el doctor Barrial. No hay que acudir a consulta con el primer estornudo, pero el médico recomienda no abandonar las afecciones en las vías altas. "Lo que más vemos en consulta son rinitis o rinofaringitis. Pero si se abandonan, pueden ir a las vías bajas", explica. Si los pulmones están afectados, el problema es más serio y la recuperación será más lenta. Y mejor no ser pacientes impacientes. Según el médico, "el uso de antibióticos tiene que ser muy racional". Un mal uso de estos medicamentos podría derivar en una resistencia no sólo individual, sino colectiva. Así que la mejor receta es mucho líquido, descanso y calma. La gripe dura una semana tratándola, y siete días sin tratamiento.