"Armaduras contra el amor y telarañas contra la infección". Así definió el preservativo Madame de Sevigné en "Cartas a su hija", publicadas allá por el 1726. Hoy, casi tres siglos después, las enfermedades venéreas aumentan. Y no por falta de información ni conocimientos, sino porque se practica el sexo sin protección.

Si usted siente picores, escozores, u otros signos anormales o extraños en su zona genital o perianal, haga memoria: ¿Ha mantenido relaciones sexuales sin utilizar métodos de barrera? Si se dan estas circunstancias, es posible que sus síntomas correspondan a una enfermedad venérea, o como se denominan ahora, una ITS, acrónimo que se refiere tanto a una infección como a una infestación de transmisión sexual por contactos vaginales, anales o buco-genitales. Cualquiera que haya mantenido una relación de este tipo sin protección puede padecerla.

Asturias cuenta con dos unidades de ITS, una en Oviedo y otra en Gijón, que registran cerca de 5.000 consultas anuales cada una de ellas. La mayoría de los pacientes son heterosexuales, aunque en los últimos tiempos se ha detectado un incremento de personas homosexuales que ha hecho saltar las alarmas.

Las enfermedades venéreas más importantes son el VIH-SIDA, el herpes genital, la gonorrea, la sífilis, el condiloma acuminado por virus del papiloma humano, el linfogranuloma venéreo por Chlamydia Trachomatis y la hepatitis A. También son menos importantes, aunque habituales, el trichomona vaginalis y la ladilla (Phtirus pubis).

Las unidades de infecciones de transmisión sexual de Asturias detectan al año unos 73 casos de gonorrea y 112 de sífilis, que son las más comunes. En el conjunto de España las cifras se elevan a 3.100 en el primer caso y 2.300 en el segundo.

Las relaciones sexuales sin protección son la principal vía de contagio del VIH. En 2015 y 2016 se detectaron en Asturias más de medio centenar de nuevos casos en cada uno de esos ejercicios. En la mayoría de ellos, el portador del virus desconoce que lo es. El 80 por ciento de las nuevas infecciones corresponde a hombres y se da una circunstancia distinta a años precedentes: los más afectados son más jóvenes. Así, se ha pasado del rango comprendido entre los 35 y los 44 años a entre 25 y 34.

Si bien el contagio de enfermedades de transmisión sexual es consecuencia de las relaciones con prácticas de riesgo tanto homosexuales como bisexuales y heterosexuales, José Antonio Varela, dermatólogo y responsable de la Unidad de Infecciones de Transmisión Sexual del Servicio de Dermatología del Hospital de Cabueñes (Gijón), ha alertado del riesgo que existe en determinados grupos de población homosexual, donde se está detectando un incremento de consultas.

"Esta población es mucho más promiscua que la heterosexual y pueden mantener relaciones sexuales con muchas parejas diferentes y en poco tiempo". El experto venereólogo advirtió del uso por parte de estas personas de sustancias que facilitan mantener relaciones sexuales durante mucho tiempo. "En la consulta hay quienes llegan a admitir que pueden tener entre 10 y 12 relaciones sexuales a la semana con distintas personas. Para ello recurren a esas sustancias que en realidad son drogas. Pueden mezclar, por ejemplo, viagra con anfetaminas, para aguantar más tiempo, pero eso hace que se les 'olvide' utilizar métodos barrera que impidan contagios. No se trata de que esas personas carezcan de conocimientos o formación, sino que desconocen que padecen la enfermedad y a veces no saben con quién han estado y por tanto a quién han podido contagiar".

Según los datos que maneja Salud Pública en Asturias, la infección de VIH entre varones se mantiene como la que registra el mayor número de nuevos diagnósticos, con un 50 por ciento. En el caso de las relaciones heterosexuales llegan al 44 por ciento, con una incidencia del 55 por ciento en los hombres y del 45 por ciento en las mujeres.

Sólo el 2 por ciento de las nuevas infecciones se debe a prácticas de riesgo por vía endovenosa, es decir, por el consumo de drogas mediante el uso de jeringuillas compartidas. Ese porcentaje se mantiene a la baja desde hace años.

El contagio de enfermedades de transmisión sexual es una de las principales preocupaciones del Consejo de la Juventud del Principado, que dispone de un servicio de atención, Asexora, en el que los jóvenes pueden realizar telefónicamente o a través incluso del Whatsapp sus consultas personales y anónimas. Además, se organizan actividades, talleres y campañas puntuales para concienciar y promover el uso del preservativo. Como la que realizó el Conseyu de la Mocedá de Xixón en el último festival Metrópoli, en el que sólo en dos horas se repartieron 1.500.

Pero las organizaciones juveniles reclaman más campañas institucionales que sirvan para concienciar a la población, que se publiciten más los puntos gratuitos de reparto de preservativos, y más educación y formación afectivo-sexual. "Los jóvenes tienen saturación de información en las redes sociales, miles de canales diferentes en los que encuentran lo que buscan. El problema es que en muchos casos no tienen edad para discernir y la pornografía se ha convertido en un ejemplo. Identifican el sexo con el porno", explica Álvaro Granda, presidente del Conseyu de la Mocedá de Xixón.

Granda también añadie que "los jóvenes conocen los métodos de barrera, el problema es que no saben cómo acceder a ellos. Por eso es importante publicitarlos, tanto los puntos donde los pueden conseguir como facilitar información afectivo-sexual". En este caso, añade, es muy importante el papel de las familias, que en cierta medida han dejado en manos de internet la información que deben transmitir a sus hijos.

"Las redes sociales son sólo una herramienta. Es necesario que en casa se expliquen los riesgos de las prácticas sin protección, no desde un punto de vista paternalista, sino como información", sostiene el presidente del Conseyu de la Mocedá gijonés.

El reto vuelve a ser popularizar aquella famosa frase de los 90: "Póntelo, pónselo". Hay que ponérselo.