Tras ejercer su actividad durante 36 años en el Servicio de Nefrología y en la Unidad de Hipertensión Arterial (HTA) y Riesgo Cardiovascular (RCV) del antiguo Hospital Central de Asturias (HUCA), desde 2013 el doctor Francis Fernández Vega, especialista en Nefrología e Hipertensión Arterial (HTA), pasa consulta en el Hospital Begoña de Gijón y en Policlínicas Oviedo. Fue hasta hace dos años vicepresidente de la Sociedad Española de Hipertensión Arterial (SEHLELHA) y, en la actualidad, ocupa la presidencia de la Sociedad Asturiana de Hipertensión Arterial y Riesgo Vascular (SAHRVA). En 2015 organizó en Oviedo el 20.º Congreso Nacional de Hipertensión Arterial y con carácter bienal la SAHRVA celebra su propio congreso, el cual goza de gran prestigio en toda España. Un profesional de referencia en el campo de la hipertensión arterial que lo tiene claro: los buenos hábitos de vida "son la gran asignatura pendiente".

- ¿Por qué los nefrólogos son expertos en HTA?

-Por dos motivos fundamentales: uno, debido a que la HTA, junto a la diabetes, es la causa más frecuente de insuficiencia renal, y el otro, porque el riñón puede ser el origen de esa HTA, es decir, puede ser víctima y causante de la HTA. Desde los años 70 del pasado siglo, parte de los nefrólogos de los países desarrollados hemos sido pioneros en el estudio de este factor de riesgo cardiovascular (FRCV) y hemos desarrollado la creación de las Unidades de HTA y RCV, siendo la asturiana una de las primeras de España. De ahí surgió en todas las comunidades la conexión de los Servicios de Nefrología (hasta entonces vistos como unidades de élite, incluso en los hospitales, debido a la diálisis y trasplante) con los compañeros de Atención Primaria y médicos generales, estableciéndose así una fantástica interrelación teniendo como base el RCV y la Enfermedad Cardiovascular (ECV).

- ¿Existe la especialidad de HTA?

-En España aún no, y en el Viejo Continente, la Sociedad Europea de HTA tiene baremados una serie de méritos y experiencias, además de conceder el título de especialista. En Asturias lo tenemos 5 compañeros.

- ¿Qué supone tener insuficiencia renal o enfermedad renal?

-Me parece acertada la diferenciación en la pregunta, ya que se puede tener enfermedad renal crónica (pérdida de proteínas y/o hematíes en la orina, por ejemplo) con función renal (filtrado glomerular) normal. No obstante, conceptualmente, hoy en día todo tipo de afectación nefrológica (presencia de hematíes en la orina, pérdida de proteínas en la orina y reducción del filtrado glomerular) se integra en el epígrafe de enfermedad renal. Pues bien, tener dañados los riñones supone un incremento exponencial en el RCV, es decir, tienen mayor probabilidad de sufrir un infarto cerebral (ictus), infarto de miocardio, enfermedad vascular periférica y lógicamente progresión de la propia enfermedad renal. Suelen ser pacientes con varios FRCV y con ECV asociada (la llamada comorbilidad), por lo que el enfoque y tratamiento de estos pacientes debe ser multifactorial.

- ¿Cómo se podría catalogar actualmente a la HTA y en qué situación está?

-La HTA es el FRCV que más contribuye a la muerte y a la discapacidad en los países desarrollados y continúa siendo el "silent killer", el "asesino silente". Esto hace que esté continuamente en el candelero científico con el objetivo primordial de entender y conocer más y mejor la génesis de la enfermedad, así como el desarrollo de estrategias para conseguir un mejor control de la misma. Para evitar alarmismos, hay que transmitir que una vez que se controla prácticamente desaparece el riesgo, sin olvidar que exige un seguimiento y cuidado por parte del paciente y del médico para mantenerla de continuo en las cifras adecuadas. Respecto al estado de la HTA tanto en Asturias como en el resto de España, está en una situación superponible a la de los países punteros, lo cual significa que es un control insuficiente. En estos países, al igual que en nuestro entorno, el 35% de la población es hipertensa, llegando casi al 70% en edades superiores a los 60 años. Por otro lado, el grado de control, aunque mejorando de continuo, es claramente escaso, ya que ronda el 50%, de lo que se desprende el ingente trabajo que nos queda por hacer a los profesionales y también a los pacientes, porque se trata de contraer un compromiso de doble dirección, recíproco. De hecho, una de las causas más importantes del mal control de la HTA es el incumplimiento de los protagonistas, pacientes y médicos.

- ¿A qué se llama "buen control" de la HTA?

-Yo siempre me refiero a este asunto como " un objetivo deseado, un debate apasionado". La HTA es una alteración definida arbitrariamente. Hace 50 años se establecía el límite en 160/95 mm Hg y desde entonces se han ido bajando las cifras en base a estudios que han demostrado beneficios cardiovasculares al reducir el objetivo de control. Cada vez que se publica una nueva Guía de HTA la discusión y el debate enriquecedor y apasionado están servidos. La última es muy reciente, de noviembre pasado, y es la Guía de la Asociación Americana del Corazón (AHA 2017), que indica, entre otras llamativas propuestas, llamar presión arterial normal a cifras inferiores a 120/80 mm Hg. Por tanto, los especialistas en HTA y RCV vamos a tener un 2018 pleno y enriquecedor. No obstante, y para tranquilizar, diré que si hacemos una media de todas las Guías de los últimos 15 años seguimos llamando "buen control", hoy por hoy, a cifras inferiores a 140/90 mm Hg. Otra cosa es el objetivo de control en los pacientes de RCV alto, muy alto y extremo así como los de edad avanzada en los que tenemos que individualizar y desarrollar el sentido y el arte clínico.

- Hable de los "hábitos de vida".

-Los "hábitos de vida" constituyen la gran asignatura pendiente. Es difícil de transmitir y de convencer, pero una alimentación adecuada y equilibrada (rechazo la palabra dieta, que es agresiva y frustrante), el ejercicio físico acorde a la edad (150- 200 minutos cada semana, unos 30 minutos diarios) con la consiguiente pérdida de peso, aporta beneficios demostrados. Respecto a la alimentación, se pueden hacer menús saludables, ricos y hasta gastronómicos. Es una cuestión de información y de cultura. Se debe huir de las "dietas milagro" tan impuestas por falsos nutricionistas y por profesionales sin la formación adecuada y reglada. Alrededor de la alimentación se genera mucha confusión y falsa ciencia. Con cierta frecuencia, en las consultas vemos secuelas derivadas de estas indicaciones. La alimentación sana es fundamental. El concepto de dieta mediterránea está plenamente vigente. Insistir en una información adecuada de los buenos hábitos de alimentación, en elaborar menús apetecibles e instruir en un recetario atractivo es costoso en dinero y sobre todo en tiempo. Se trata de una carrera de fondo con restricciones moderadas y lentamente progresivas en las cantidades y en el tipo de alimentos. No obstante, en este capítulo siempre me gusta decir que, efectivamente, somos lo que comemos, pero también comemos lo que somos y somos nuestro medio, es decir, una cosa es cuidarse y otra renunciar a nuestra esencia, a nuestro acervo. En este sentido, estoy de acuerdo con el antropólogo Fischler, quien refiriéndose a la población general decía: "una galleta, un chorizo o un helado no hacen daño a nadie; el problema es desayunar galletas, comer salchichas y helado, merendar bizcochos y cenar patatas fritas". Evidentemente es un problema de frecuencia.

- ¿Cómo es la realidad profesional en el Hospital Begoña en el momento actual?

-Altamente positiva, con un ambiente clínico cada vez más óptimo que se ha desarrollado especialmente en los últimos años con la llegada de nuevos y jóvenes especialistas. Es una máxima entre los profesionales el rigor y la calidad en la asistencia y el centro dispone de excelentes servicios con medios muy actualizados, lo cual facilita extraordinariamente el enfoque diagnóstico-terapéutico. Por otro lado, la interrelación profesional entre facultativos y enfermería se ve facilitada por la clara tendencia a desarrollar conceptos troncales de actuación. En este sentido y refiriéndonos de nuevo al RCV y ECV, prima en el Hospital la idea del enfoque global de este tipo de pacientes de manera multidisciplinar entre las varias especialidades que manejan el RCV (nefrólogos, cardiólogos, endocrinólogos, internistas, nutricionistas y enfermería). En el apartado de formación y transmisión de conocimientos es de resaltar la reunión científica anual que organizan el doctor Acebal y el doctor Casares, en la que participamos como ponentes varios especialistas. Además, se está contemplando realizar con carácter anual sesiones dirigidas a la población con mensajes claros y básicos de salud y enfermedad. Es evidente que el nivel de la asistencia y las actuaciones referidas son patrones que definen la calidad de un hospital.