Esta es una pregunta que se hacen mucho los pacientes. La respuesta es radicalmente SÍ, pero la periodontitis debe ser tratada y mantenida bajo control. Es importante un diagnóstico correcto del tipo y gravedad de la enfermedad periodontal que el paciente padece, y realizar un adecuado tratamiento. Durante el mismo es importante extraer aquellos dientes que estén en muy mal estado, que no sean tratables y cuya permanencia en la boca pueda favorecer la infección de otros dientes en mejor estado o de los implantes dentales que se van a colocar; pues los implantes deben convivir con una dentición sana, sin enfermedad activa, y con unas encías sin inflamación y limpias, sin acúmulos de placa dental. De este modo mejoraremos mucho la longevidad de los implantes y reduciremos la aparición de la periimplantitis.

¿Peri-implantitis? ¿Qué es eso?

Es la inflamación de la encía que rodea a los implantes que, al igual que la periodontitis en los dientes, conlleva la retracción del tejido y la pérdida del hueso que les rodea y da soporte. Es un tipo de patología oral aún no muy bien conocida, pero podemos aportar algunas ideas claras:

1. Los implantes soportan la pérdida ósea mejor que los dientes, pero responden peor al tratamiento. En consecuencia es mejor prevenir que curar.

2. En pacientes controlados y con implantes de superficie poco rugosa, la periimplantitis aparece en menos de un 4% de casos y no suele ser grave.

Y 3. Cuando la progresión no se puede detener es importante no perder más hueso, es mejor extraer el implante, regenerar el hueso y colocar un nuevo implante si es factible.