Los implantes cigomáticos son un tipo de implantes dentales que se anclan, como su propio nombre indica en el hueso cigomático o malar, más comúnmente conocido como pómulo. Recurrimos a ellos sólo en situaciones muy comprometidas, en las que debido a la pérdida y progresiva reabsorción del hueso maxilar no podemos utilizar implantes convencionales. En estos casos tenemos que recurrir al pómulo como fuente de hueso para lograr la estabilidad que los implantes dentales requieren para una correcta resistencia a las fuerzas de la masticación y que esta resistencia sea duradera en el tiempo.

La atrofia maxilar es un proceso fisiológico que se produce en mayor o menor medida en todos los pacientes. Consiste en la pérdida progresiva del hueso maxilar ( el encargado de sustentar la arcada dentaria superior). Viene determinada por numerosos factores como son la mala higiene, el tabaquismo, la enfermedad periodontal, el aumento del tamaño de los senos maxilares, el propio envejecimiento y además se desarrolla con mucha mayor velocidad con la pérdida de los dientes. Por lo que podemos decir que cuanto más tiempo pase entre la pérdida de los dientes y la colocación de los implantes mayor será la pérdida de hueso y más probable que tengamos que recurrir a procedimientos más complejos para la restauración de los mismos.

Antes y después de la boca de una paciente tras un implante cigomático.

No es infrecuente encontrarnos con pacientes que acuden a la Clínica Rehberger con la intención de realizarse un tratamiento implantológico para recuperar su dentadura perdida y tras estudiar minuciosamente el caso y tras la realización de un escáner maxilofacial nos encontramos con la situación previamente mencionada: la gran reabsorción de su hueso maxilar impide colocar implantes convencionales.

Ante esta situación podemos actuar de dos maneras: La primera consiste en realizar un injerto de hueso (procedimiento conocido como elevación de seno) y la segunda consistiría en asumir que no disponemos del hueso suficiente en el maxilar y buscarlo en la más inmediata proximidad, en el pómulo (técnica conocida como implantes cigomáticos).

Los implantes cigomáticos tienen mayores ventajas cuanto más extremo es el caso y esto se debe a que el hueso injertado no adquiere las mismas características que el propio hueso del paciente aunque sí parecidas, de manera que si la gran parte del implante va a estar sustentado sobre hueso injertado las probabilidades de fracaso en el tratamiento a largo plazo son mayores. Los implantes cigomáticos se anclan en el propio hueso del paciente sin necesidad de realizar ningún tipo de injerto, además, el malar, es un hueso de mucha densidad y que no sufre el proceso de reabsorción previamente mencionada por lo que la fiabilidad y durabilidad de estos implantes es notablemente mayor que con la utilización de los injertos. De esta manera el paciente podrá recuperar su dentadura con las máximas garantías y la mayor durabilidad en el tiempo.

Este tipo de cirugía lleva realizándose desde hace más de dos décadas, logrando excelentes resultados. Los implantes cigomáticos tienen una tasa de éxito superior a cualquier otro tipo de implantes y a cualquier otra técnica alternativa para las mismas situaciones de ausencia de hueso, con una supervivencia a largo plazo de más del 98%, es decir, una tasa de éxito prácticamente absoluta.

En la Clínica Rehberger tenemos unos protocolos muy establecidos para los tratamientos implantológicos. Establecemos una primera visita en la que se realiza al paciente una radiografía y un scanner, el cual te permite tener unas imágenes tridimensionales que te aportan toda la información referente a la calidad y la cantidad del hueso. Cuando nos encontramos con un paciente que quiere una rehabilitación implantológica y padece atrofia maxilar de severidad suficiente, le planteamos la posibilidad de realizar los implantes cigomáticos. Establecemos una cita para realizar la cirugía, la cual, en ocasiones te ofrece la posibilidad de realizar la denominada "carga inmediata", que es colocar las nuevas piezas dentales inmediatamente después de la intervención, por lo que reduce mucho el tiempo del tratamiento con respecto a otras técnicas. Se trata de unos implantes que aportan mucha estabilidad gracias a la calidad del hueso de pómulo.

Esta cirugía está contraindicada en casos en los que el paciente tenga enfermedad en el seno maxilar, lo más típico es la sinusitis crónica, en cuyo caso tendremos que solucionar primero la sinusitis antes de colocar los implantes cigomáticos. Pero, sobre todo, además de las contraindicaciones son muy importantes las indicaciones, porque recordemos que esta técnica está indicada en casos en los que por ausencia del hueso maxilar tengamos que recurrir al hueso malar.