Llagas en distintas partes del cuerpo, infección, desnutrición, deshidratación, suciedad... Son síntomas claros de abandono, el maltrato más habitual en los mayores, y que va en aumento. Es sólo la punta del iceberg, aseguran los expertos, porque no suele haber denuncias por estos casos. Los mayores no los denuncian por miedo, por desconocimiento y, en la mayoría de los casos, porque las víctimas sufren además algún grado de dependencia. La mayor parte de los maltratos se producen en el hogar, y abarcan la violencia física, la psicológica -humillaciones e insultos- y también la financiera -movimientos en las cuentas bancarias y manipulación en los testamentos.

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha designado el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Se trata de sensibilizar y luchar contra el bautizado por los expertos como "el maltrato invisible".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que, al menos, el 10 por ciento de las personas mayores sufre algún tipo de maltrato, ya sea físico, sexual, psicológico o económico, lo que califica como un "importante" problema de salud pública.

La Consejería de Derechos y Servicios Sociales del Principado ha cifrado en 21 los casos de intervenciones por maltrato a mayores registradas entre 2008 y 2016 en Asturias, una de las regiones más envejecidas de Europa. En el 62 por ciento de esos casos, las víctimas eran maltratados por hijos o parejas en el domicilio familiar; un 4,7 por ciento eran agresiones sexuales por desconocidos; y un 33,3 por ciento, casos de expolio económico por parte de cuidadores o familiares. Entre tanto, el Registro de Atención Sanitaria en Violencia contra las Mujeres del Principado recogió 15 agresiones a mujeres mayores de 65 años en 2015. Según los expertos, son la mayoría de las víctimas.

La presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, aseguró en una visita a Asturias que los casos de maltrato a ancianos se han multiplicado por tres en los últimos veinte años. Y alertó de que el 28 por ciento de los mayores que atiende su colectivo sufre trato vejatorio por parte de sus cuidadores y, en mayor medida, de sus parientes: "El perfil predominante es un familiar que vive en la casa del anciano, no atiende sus necesidades e ignora sus derechos".

Ese perfil es precisamente el predominante en los casos detectados en Asturias. Manuel Bermúdez Menéndez de la Granda, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado, explicó que los servicios de urgencias de los hospitales son fundamentales en la detección y alerta de casos de maltrato: "No es tanto la violencia física, que también hay algún caso, como el abandono. Pacientes que están solos, que viven solos o con familiares que no les atienden convenientemente y que llegan a urgencias con desnutrición y falta de higiene en muchos casos severa, lo que provoca que también presenten infecciones".

El Principado ultima un protocolo para detectar e intervenir ante casos de abuso a los mayores. Un total de 14 profesionales de atención social y sanitaria participan en su elaboración, con el objetivo de iniciar su aplicación después del verano en todos los centros públicos de la región.

Esta novedosa herramienta se desarrollará en el marco de las medidas de coordinación sociosanitaria que impulsan la Consejería de Servicios y Derechos Sociales y la de Sanidad, de tal manera que implica a los profesionales de los centros de salud, hospitales, residencias geriátricas y servicios sociales municipales.

El protocolo abarca todas las tipologías de maltrato: físico, psicológico, sexual, financiero, negligencia y abandono. También incorpora el análisis e intervención en el ámbito social-comunitario, la relación familiar, y la institucional. En cada uno de ellos se establecen factores de riesgo y de protección, con recomendaciones para que los profesionales puedan detectar e intervenir.

Asturias tiene, en números redondos, 230.000 mayores, de los que aproximadamente 14.000 viven en residencias geriátricas; el resto están en sus hogares o conviven con familiares.

Nerea Eguren Adrián, directora general de Planificación, Ordenación e Innovación Social del Principado, señaló que "frente a la idea preconcebida de que el maltrato se da mayoritariamente en el ámbito de las residencias geriátricas, la mayoría de los casos detectados se dan en el privado, en los propios domicilios". De ahí que el Gobierno regional busque fórmulas para poder actuar también en esos casos. El papel de los profesionales de ayuda a domicilio se convierte en esencial, ya que son los que pueden testar no sólo el estado de salud de la persona mayor a la que atienden, sino también el del cuidador y el ambiente familiar.

Una de las cuestiones que más preocupa a los profesionales sociosanitarios es precisamente la salud del cuidador, al ser un factor determinante en el resultado de la atención al mayor que está a su cargo. "Cuidar al cuidador es fundamental. Muchas veces se producen malos tratos no tanto físicos, sino más psicológicos y verbales, porque la persona responsable de la atención está muy cansada y no encuentra con quién compartir esa carga de trabajo que se prolonga durante todo el día e incluso por las noches", explicó Nerea Eguren. "Generalmente somos los familiares quienes queremos cuidar a nuestros mayores, pero es una ardua tarea que muchas veces se traduce en violencia verbal", añadió. También incidió en que el maltrato físico es el menos habitual, mientras que son el económico, el psicológico y la negligencia ligada al abandono los más frecuentes. "Las denuncias son mínimas, porque la víctima no se atreve a denunciar. Pero necesitamos que se visibilice", enfatizó.