Una prueba física para medir la edad muestra grandes diferencias entre las tasas de envejecimiento de los distintos grupos de población, según una nueva investigación realizada por un equipo del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), en Austria. Un fuerte apretón de manos puede decir mucho sobre una persona y, ahora, este grupo de científicos dice que la fuerza de las manos también puede ser una de las formas más útiles de medir la verdadera edad de las personas.

En su estudio, publicado este miércoles en 'Plos One', los investigadores del IIASA Serguei Scherbov y Warren Sanderson (también de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, Estados Unidos) muestran que el apretón de manos se corresponde con otros marcadores de envejecimiento de la población como la mortalidad, la discapacidad, el deterioro cognitivo y la capacidad de recuperarse de las estancias hospitalarias.

Para su nueva investigación, analizaron las conclusiones de más de 50 estudios publicados que se centran en personas de todas las edades en todo el mundo. "La fuerza de agarre de la mano es fácil de medir y ahora se puede encontrar en muchos de los estudios más importantes sobre el envejecimiento en todo el mundo datos sobre la fuerza de la presión manual", dice Sanderson.

La investigación también muestra cómo una prueba de este tipo podría utilizarse como una medida para comparar el envejecimiento en los diferentes grupos de población. El estudio utilizó datos de una encuesta de este tipo, 'United States Health and Retirement Survey' (HRS), para mostrar cómo podría hacerse.

"Encontramos que una mujer blanca de 65 años de edad que no había completado la educación secundaria tenía la misma fuerza en la mano que una de 69 años que había completado la educación secundaria. Esto sugiere que según su fuerza de presión sus edades son equivalentes y las mujeres de 65 años de edad avanzan cuatro años más rápidamente por sus inferiores logros educativos", describe Scherbov.

Investigaciones previas realizadas por estos expertos han demostrado que la medición de la edad simplemente por el número de años de la gente no tiene en cuenta correctamente las variaciones en el proceso de envejecimiento. Al usar nuevos enfoques basados en características como la de este trabajo, una prueba física de presión manual, los expertos pueden identificar las diferencias en el proceso de envejecimiento entre grupos de población que no pueden hacerse evidentes de otro modo.

"Nuestro objetivo es medir la velocidad de envejecimiento en los diferentes grupos de edad de la sociedad. Si algún grupo está envejeciendo más rápido que otro, podemos preguntarnos por qué sucede y ver si hay políticas que podrían ayudar al grupo de envejecimiento más rápido", concluye Scherbov.