Empresas de seguridad, bloggers y gurús del Social Media alertan: ojito con las actuaciones en Facebook al modo "Este mes me voy a Aruba". Tras un serio ejercicio de sondeo social, sesudas reflexiones e incluso algunas noticias acaecidas sobre el particular, parece ser que los cacos también tienen su perfil activo, y hasta se da la posibilidad que estén al tanto de quien deja su hogar vacío en estos meses de verano, para violar su privacidad y agenciarse sus enseres. Por si usted no había caído...

Semejantes advertencias deberían servir para revisar seriamente los análisis específicos con los que nos acostumbran a bombardear los expertos en Social Media. Lo primero, por favor, aplíquese el sentido común. Si se marcha de holidays, no lo comente fuera de su círculo de confianza. Por si usted no había caído...

El caso es que cualquier red social a la que tengamos al tanto de nuestra posición geográfica, una vez que se comparta la señal de geolocalización de nuestro móvil espabilado, se convierte en un peligro potencial para cualquier residente en viaje de recreo. Si el asaltante experto en butrones y forzamientos se percata de que está de paseo por el extranjero, su hogar no estará a salvo. Por si usted no había caído...

Más obviedades. No conceda una ayuda extra al delincuente, colocando con pelos y señales su domicilio en sus perfiles. Es más, asegúrese de que sólo pueden acceder a nuestras actualizaciones personales los amigos y conocidos que estimemos con sobradas garantías en la cuestión de la seguridad. Si demasiados desconocidos saben dónde vive y donde está o por donde transita, corre un riesgo innecesario. Por si usted no había caído...

Tras los consejos que cualquier mente sana y en medianas condiciones de mantenimiento podría haber deducido sin mayores esfuerzos, llegamos a un punto de inflexión. Resulta que es en verano cuando más nos animan las marcas a compartir estados, imágenes y experiencias, porque aquellos que monitorizan la red corroboran que es precisamente en esta época cuando más utilizamos el Social Media, cuando más activos nos mostramos, con inusual desenfado y protección factor 30.

Quizás el mayor de los peligros a los que se expone todo aquél que habite una casa y tenga Twitter o similares es el de su propia vanidad. Una de las causas que ha propiciado el auge del llamado Turismo 2.0, además de cómo ha alterado internet las pautas a la hora de contratar un viaje, es la de la incontenible tendencia del pasajero en tránsito a fardar de sus escapadas. Para no pocos, y aquí no hay distingos de nacionalidad, no es lo mismo lanzarse a tumba abierta en la más molona montaña rusa de Eurodisney en un prudente anonimato que hacerlo y, además, tuitearlo o colgar la foto como nueva cabecera de Facebook. Porque si no lo saben no ya los amigos, sino los meros conocidos, el pisto no luce en la misma medida.

'Sexting', una moda con riesgo

El 'sexting', como es conocida la práctica de enviar imágenes y vídeos de contenido erótico o pornográfico a través de teléfonos móviles o de su difusión en la Red, se ha convertido en un peligroso juego demasiado común entre los menores. En la mayoría de ocasiones se trata de fotografías de niñas, realizadas con su consentimiento o incluso por ellas mismas, que posteriormente son utilizadas como elemento de chantaje.

Con las nuevas tecnologías el acoso escolar no termina en las aulas, sino que se traslada a las redes sociales como Facebook o Tuenti, donde los menores cuelgan sus fotografías o comparten vídeos con gente desconocida.Cuando una persona comparte o difunde a un tercero archivos de carácter intimo (material audiovisual erótico) sin el consentimiento de dicha persona, se comete un supuesto delito contra la intimidad tipificado. Si el archivo difundido o compartido corresponde a un menor de edad, se trataría de un delito de pornografía infantil, también recogido en el Código Penal.

Todos los ámbitos de la sociedad deben tomar cartas en un asunto que afecta cada vez a más menores, que se mueven como pez en el agua, e indefensos, en las nuevas tecnologías.