"Yo", así de simple es la aplicación que ha batido este año el récord de usos en la tienda de 'App Store', a pesar de que cuando la persona que la ideó, Moshe Hogeg, la propuso, le respondieron que era "la mayor chorrada del mundo".

Hogeg, israelí, ha contado esta semana en Bilbao, en el congreso EEC14 sobre la revolución digital, la génesis de "Yo", un aplicación que consiste en enviar la palabra "Yo" a tus contactos, con un solo toque, sin más caracteres.

Antes de empezar la historia, un matiz: "Yo" es una interjección inglesa, y no significa, como en castellano, la primera persona de singular, sino más bien un saludo en argot, una especie de "eh".

Hogeg no es un cualquiera en internet: es el fundador de Mobli, una aplicación para conectar a gente a través de vídeos y fotos, con más de 20 millones de usuarios -competidora de Instagram-, en la que han invertido Carlos Slim o Leonardo di Caprio.

Hace unos meses, en la oficina de Mobli, Hogeg estaba preocupado por dos problemas: uno, laboral: "Mi secretaria es muy eficiente, pero está poco en su mesa; cada vez que quería que viniera al despacho, tenía que llamarla al móvil".

Otro, personal: "Mi mujer no hacía mas que decir que la llamaba poco, que no me acordaba de ella".

Hogeg pensó que tenía que inventar algo para avisar rápidamente a su secretaria, sin tener que pasar por el "hola, dónde estás...ven por favor", y también para hacerle saber a su mujer, aunque fuera un poco, que pensaba en ella.

Fue donde el ingeniero Or Arbel y le pidió que inventara algo para mandarles un mensaje con un solo toque en el móvil. La respuesta: "Es la mayor chorrada que me han pedido nunca", y se negó a hacerla. Hogeg tuvo que rogarle: "Venga...hazlo por mí".

Tras ocho horas de trabajo, Arbel preparó "Yo". Pulsas la aplicación y se envía la palabra "Yo". Así, sin más.

En la empresa se corrió la voz, y un empleado pidió usarla. No le dejaron; "era una aplicación privada, sin testar...", ha rememorado Hogeg. Claro que el trabajador no le hizo caso y la distribuyó entre sus amigos, con el resultado de que en unas horas tenía 700 usos.

Vista la repercusión, Hogeg decidió ponerla en la "App Store", la tienda de aplicaciones de Apple, pero registrada por una compañía con un nombre falso, porque seguía sin fiarse mucho.

En cuatro días, la historia más rápida de Apple según Hogeg, "Yo" llegó a un millón de usos. Y así sigue, la "chorrada" se ha tirado meses, desde abril, entre las cinco aplicaciones más descargadas de la App.

¿El secreto? Que ha pasado a ser un código, un aviso. Ya no es una palabra para decir a tu pareja que te acuerdas de ella -una idea que no es nueva, antes se hacía con las llamadas perdidas-, sino que se le ha buscado un montón de utilidades.

Por ejemplo, según el mismo Hogeg, en Israel los niños cuando salen del colegio envían a sus padres un "yo", para que sepan que ya están fuera, y aún más serio: "Sirve para avisar cuando se producen bombardeos. Con un "Yo" basta para saber que te tienes que ir al refugio".

Menos dramático, las empresas también están buscando cómo sacarle rendimiento: por ejemplo, un diario o un bloguero podría avisar a sus lectores de que ha publicado una nueva entrada.

Así que de una idea un poco peregrina nació una estrella, porque, como ha reconocido Hogeg, "muchas veces la línea entre la estupidez y la genialidad es muy delgada".