¿Cada cuánto hay que cambiar de móvil y cómo sabemos que ha llegado ese momento? Muchos cambian de móvil como de camisa -en la mayoría de los casos porque ha salido al mercado el último modelo de su fabricante fetiche- aunque en realidad no les haga realmente falta. Para otros, por el contrario, cambiar de móvil no es una prioridad y lo hacen cuando simplemente les deja de funcionar casi por completo el que tienen. Pero claro, "ni tanto ni tan calvo", que dice el dicho.

Probablemente en el día a día no nos fijamos en los síntomas que va dando nuestro terminal avisándonos de que él también va desgastándose con el uso, y de que si no lo cuidamos y le damos sus mimos puede "morirse" antes de lo previsto. Pero sí, todos los dispositivos móviles nos mandan señales que nos indican que algo no está yendo bien.

A continuación os explicamos cuáles son esas señales que podemos ver en un móvil y que pueden avisarnos de que es momento de cambiar de móvil. Para muchos ese momento es el mes de septiembre porque es cuando Apple suele presentar el modelo de turno de iPhone, para otros es febrero o agosto cuando Samsung saca alguna de su artillería... O sencillamente, cuando tu operador te ofrece la mejor oferta. Las diez señales que te dicen que es hora de cambiar son las siguientes:

1. La batería se descarga a la velocidad de la luz

Hoy en día usamos el móvil para todo, con el consiguiente gasto de batería. No obstante, incluso haciendo un gran desgaste, lo normal es que vayamos notándolo a lo largo del día, pero no de golpe. A no ser que entremos en YouTube y nos pongamos a ver un vídeo tras otro, la batería no debería pasar del 100 por ciento de la carga al 30 por ciento en quince o veinte minutos.

Esto suele ocurrirle a móviles viejos o con baterías viciadas, que ya no sirven y que convierten al dispositivo en un cacharro que no rinde. Si notas que el tuyo se descarga a esta velocidad sin motivo, sin apenas haberlo utilizado para realizar ninguna tarea con él, entonces debes cambiarlo sin duda.

2. Se apaga de repente

Sin venir a cuento, tu móvil se apaga repentinamente o te lo encuentras apagado cuando lo vas a utilizar. Este es un grave problema y sin duda una señal inequívoca de que es momento de darle la jubilación. Este problema es casi peor que tener que estar cargando la batería porque se descarga solo.

Muchas veces, después de apagarse de repente, al teléfono le cuesta encenderse, o simplemente no se enciende en un buen rato. Esto nos da una idea de que algo está fallando y de que por lo tanto debemos atajar y cortar por lo sano antes de que sea demasiado tarde y, por ejemplo, "muera" antes de poder eliminar todos los archivos que tenemos guardados en él.

3. Las fotos que hace son 'de antes de la guerra'

Los teléfonos que han salido recientemente al mercado presumen de tener las mejores cámaras y de hacer unas fotos impresionantes. Este punto puede darnos también una pista sobre si nuestro móvil se está quedando obsoleto.

Si las fotos que hace son "de antes de la guerra", o como salidas de los mismísimos años 80, entonces también deberíamos plantearnos cambiar de móvil. El estilo 'vintage' está bien para un rato, pero tener un móvil que saque fotos con una calidad de imagen brutal está incluso mejor.

4. El almacenamiento no da más de sí

El almacenamiento siempre está lleno. Estás continuamente eliminando archivos para arañar espacio pero ya no da más de sí, hasta las fotos más pequeñas y de baja resolución no entran. Lo que en su día te parecían muchos gigas hoy ya no los ves de la misma manera. Esto también tendrás que tenerlo en cuenta si finalmente te cambias de móvil (las fotos con más resolución pesan más y por lo tanto también ocupan más).

5. La pantalla táctil tarda en reaccionar

Más allá de lo rayada que pueda estar, la pantalla te funciona mal, tarda en reaccionar y no responde cuando deslizas el dedo. Este problema va más allá de lo estético, no obstante en muchas ocasiones tiene arreglo, así que podrías solucionarlo y seguir con tu terminal un tiempo más. Eso sí, en ocasiones no te compensa arreglarlo y cambiarle la pantalla por una nueva simplemente por lo que cuesta el repuesto. Lo mismo ocurre cuando se te rompe la pantalla.

6. Todavía abres una tapa para contestar llamadas

¿Eres de los que todavía abre su teléfono para contestar llamadas? Posiblemente eres una especie en extinción... y tu teléfono también. ¡Cámbiate ya! ¡O no! Porque si has llegado hasta nuestros días con uno de ellos, ¿para qué hacerlo ahora, no?

No obstante, solo podemos decirte que las ventajas de una pantalla táctil son muchas, por no mencionar las otras muchas características y funciones que puede ofrecerte un 'smartphone' actual. Entendemos que cuesta cambiar cuando te has acostumbrado, pero utilizar un teléfono inteligente es de lo más sencillo, en serio.

7. No tienes conectividad 3G o 4G

Insistimos, vives en el Paleolítico -¿o a lo mejor se vive mejor y los ingenuos somos los demás?-. La pregunta es: ¿Tienes WhatsApp? ¿Snapchap? ¿Netflix? Suponemos que eres de los románticos que todavía mandas mensajes de texto por navidad... o todo el año, claro.

No obstante, que sepas -porque el saber no ocupa lugar- que un teléfono 4G o LTE puede mandar contenido diez veces más rápido que un móvil 3G. Imagina un teléfono con 2G o que no tenga.