Si algo hace grande al videojuego es su facilidad para transgredir. Romper el status quo, lo que es correcto, lo que no y plasmarlo con una capacidad técnica espectacular a día de hoy. Con esta premisa, Volition rompe los moldes de lo políticamente correcto y nos trae la aventura más macarra y absurda que hemos visto en los últimos tiempos.

Lo mejor:

- Su aire desenfadado, macarra y absurdo. Humor fácil pero terriblemente divertido.

- Muy variado, la cantidad de recursos para explorar la ciudad y hacer todo tipo de misiones es enorme.

Lo peor:

- Los bugs a veces son un poco molestos.

- Se echa en falta un poco de profundidad en el diseño de la ciudad.

- Parece más un patio de colegio donde hacer gamberradas que una urbe.

'Saints Row: The Third' entra en la categoría de los sandbox de acción, un género llevado a su máxima expresión por 'Grand Theft Auto'. Sin embargo la franquicia de THQ se desmarca de las tramas más cinematográficas y con más trasfondo narrativo para abordar al videojuego desde su naturaleza primigenia: la diversión.

Esta idea queda patente desde el primer minuto de juego. Un delirante atraco a un banco por la banda de Saints Row, los protagonistas de la historia. Puro artificio, un barroquismo del absurdo, una broma sobre otra, que en más de una ocasión es capaz de sacarnos una buena carcajada.

El juego no oculta en ningún momento su condición de parodia irreverente. Empezando desde su principal influencia, la franquicia de Rockstar, pasando por diferentes referencias a la cultura de ayer y hoy. Un popurrí delicioso, que a veces peca de usar humor fácil, pero que no decepciona ni aburre.

La historia, sobre el papel, no entraña sorpresas. No tanto sus misiones y sus constantes delirios. Saints Row trata fundamentalmente de la libertad de hacer lo que nos apetezca. Nada de hacer tediosas tareas para desbloquear los mejores objetos. Según avanzamos, de forma natural, vamos consiguiendo espectaculares recompensas.

Libertad para crear a nuestro personaje. A través de un completo editor podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación. Desde personajes más o menos correctos a caricaturas de todo tipo: hacer un hombre travestido, una mujer cañón que sólo habla a través de gruñidos zombies.

El número de posibilidades es enorme. Además, no estamos sujetos a un estilo sino que en cualquier momento podemos ir a una clínica de cirugía estética y hacernos un cambio radical. La cantidad de ropa disponible también es grande y si no nos gusta, en cualquier momento podemos salir desnudos a la calle y hacer exhibicionismo.

Aunque la historia en sí no es nada del otro jueves los personajes que nos acompañan, así como sus respectivos diálogos son bastante graciosos. Desde el un típico chulo negro con la voz reverberada como el rapero T-Pain pasando a un gigante superdotado o el clásico cliché cinematográfico del negro secundario gracioso.

Como buen juego de acción que es las armas tienen un papel primordial. No estamos ante el clásico abanico de armas que va desde el cuchillo al lanzacohetes. 'Saints Row' apuesta por darle una vuelta y, de nuevo, recurrir al absurdo.

Tenemos armas convencionales, sí, pero las que brillan con luz propia son las más singulares. Manos gigantes con las que podemos reventar gente de un golpe, escopetas que lanzan carroña para atraer a tiburones que atraviesan el suelo, o punteros láser para marcar ataques aéreos. Además, podemos potenciar las armas con diferentes mejoras. Todo vale, no hay limitaciones -mas allá de la munición- para disfrutar de este extenso arsenal.

Con los vehículos nos encontramos algo parecido. Un buen número y además bastante variado, coches, camiones, helicópteros, tanques incluso motos voladoras. El control es sencillo, quizá demasiado si lo comparamos con otros juegos similares.

Para hilar los diferentes modos de juego nos encontramos con una serie de misiones que tenemos que ir superando para desbloquear nuevos vehículos, modalidades y por supuesto para hacer avanzar en la historia. La mayoría pecan de simplonas pero algunas de ellas son memorables.

Aunque lo habitual es que juguemos solos en este tipo de juegos, 'Saints Row' incluye unas cuantas opciones en modo cooperativo. Lo que más destaca es la posibilidad de jugar cualquier misión con nuestros amigos, aunque si las hemos completado previamente no podemos repetirlas.

Por otro lado, y más allá de las aventuras por Steelport, tenemos un modo horda en el que tenemos que derrotar en tandas consecutivas a diferentes enemigos. No nos encontramos con el formato convencional donde cada oleada mete más enemigos sino que cada ronda nos propone un reto diferente: matar prostitutas vestidas de ángeles con un rifle francotirador, apalear chulos con un consolador gigante...

Como nota negativa nos encontramos con un denominador común de muchos juegos en formato sandbox: los bugs. Al intentar abarcar tantas posibilidades los fallos están presentes y aunque no son frustrantes si que terminan siendo molestos en ocasiones.