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Los árbitros o los muñecos del pimpampum

Voy a escribir del VAR, esa máquina moderna que está controlando o descontrolando, según el cristal con que se mire, el fútbol español. Antes voy a apuntar estas dos definiciones:

Pimpampum (muñecos): juego en que se procura derribar a pelotazos muñecos puestos en fila o?. en sentido figurado, someter a un grupo de personas o cosas a ataques sucesivos (sean agresiones físicas, críticas verbales o de cualquier índole), de modo que vayan "cayendo" una tras otra sin posible defensa, de modo que no sea previsible que quede alguna de ellas en pie.

No voy a defender ahora la política que durante muchos años se llevó en el fútbol español de mantener a los trencillas en un cuarto o quinto plano, prohibirles hablar con los periodistas tras los partidos e intentar que nunca fueran las estrellas mediáticas. Pero sí voy a decir que me siento orgulloso de haber defendido como periodista deportivo a los árbitros españoles y de tener en ese colectivo a un gran número de amigos y conocidos de los últimos treinta años, pero también tengo que decir que me siento triste ahora al ver lo que les está pasando por culpa del VAR y de lo que está en el protocolo y lo que no está.

Siempre he sabido -mis compañeros de profesión también- que los árbitros españoles unas veces se equivocan, otras aciertan y la mayoría pasan desapercibidos en los miles de partidos que dirigen. Todo normal. Nada de otro mundo.

Pues ahora tengo que decir que con el famoso (y es imparable) VAR o vídeo arbitraje de los partidos, los colegiados se han convertido en los grandes protagonistas del fútbol español y mundial. No tocan el balón ni con el pie ni con la cabeza, no lo paran con el muslo ni rematan de chilena, no juegan al fútbol, pero gracias a VAR son los protagonistas de todo los encuentros.

Se marca un gol y las cámaras ya no buscan a los que celebran el tanto ni al graderío donde los aficionados saltan de alegría y celebran el gol. Se enfoca al árbitro. Hay un roce mínimo o máximo en el área y la cámara sólo recoge la reacción del árbitro. Hay dudas en un fuera de juego y la cámara sigue al árbitro para ver cómo se pone la mano en el oído y el pinganillo o cómo dibuja una pantalla con sus manos o cómo se va a ver la tele a un rincón fuera del campo.

O sea, sólo interesa el árbitro. Y además, haga lo haga, diga lo que diga, mire lo que mire, es criticado por unos o por otros. El presidente de Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, lo dijo hace unos días con claridad meridiana colocándose en su posición: "Con los árbitros antes teníamos un problema y ahora tenemos dos". Yo digo que tenemos muchos más porque son jueces acosados o perseguidos.

Si se han fijado, los jugadores ahora lo protestan todo. En cuanto una jugada es dudosa todos se acercan a hablarle al árbitro muy cerquita. Lo hacen para que por el micrófono que tienen pegado a su cuerpo les escuche el árbitro que está en el VAR viendo un montón de pantallas y repitiendo las jugadas. Los futbolistas son ahora los protestadores oficiales del fútbol español e internacional y el árbitro el objetivo de todas las críticas, de todas las imágenes, de todo el fútbol y de todas las protestas. Y eso, mírenlo bien, se repite en todas las categorías del fútbol español porque los chicos copian todo lo que ven en los partidos de la tele y si sus estrellas protestan ellos también lo hacen.

Desde que llegó el VAR al fútbol español tenemos a un personaje que es más importante que el propio Messi o que Sergio Ramos o que Joaquín o que Dani Parejo o que Morata? El árbitro ha pasado a ser la estrella televisiva del fútbol y alguien ha de decirles que podrán ganar mucho dinero arbitrando partidos en el campo y ante los televisores, pero si siguen así serán en breve muñecos de este deporte en la cancha y en la calle.

Y algo más importante si cabe: el fútbol es un deporte de acción con movimientos muchas veces veloces de récord. Ahora resulta que el fútbol se ha convertido en un deporte que se juzga a cámara lenta, despacito, repitiendo las acciones una y mil veces, sin ver si hay fuerza, contacto o caricia. El haber llegado a anular un gol con las imágenes sacadas desde la otra portería a cien metros batió ya todos los récords. Si lo que ve el árbitro en directo a la velocidad elegida por los contendientes no vale por qué luego se ha de juzgar a cámara lenta y a muchos metros de distancia, que quiten al árbitro de campo y que arbitre un Dron último modelo.

Si los árbitros eran españoles honrados, si los árbitros se preparaban físicamente para aguantar noventa minutos corriendo a tope, si habíamos conseguido en España tener unos colegiados con una preparación envidiable y unos conocimientos muy grandes y si eran o son los mejores del fútbol internacional, ¿ por qué en siete meses los estamos convirtiendo en polémicos jueces y van camino de ser los muñecos del pimpampum?

Como el VAR es imparable, la modernidad también y el mundo igual, a lo mejor debíamos respetarlos muchísimo más y corregir todo lo que está mal en el manido protocolo y por mucho que lo digan en la International Board. Por cierto, en el rugby mundial lo que dice el árbitro va a misa y todos los jugadores obedecen, ¿verdad?

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