Industria, tecnología, conocimiento. Todas son palabras clave que van unidas irremediablemente a innovación, digitalización y cualificación. Avilés y su comarca saben bien la trascendencia de cada una de ellas, juntas y por separado. Porque ya las aplicaron para superar la crisis industrial de los 90, de la que surgieron nuevas oportunidades que las empresas asentadas en este territorio han sabido aprovechar para desarrollarse y ganar espacios, internacionalizándose y compitiendo en un mundo global con grandes firmas de otros lares. Pero ahora se necesita ir más allá. Los nuevos desafíos suponen la necesidad de una nueva estrategia, de un proyecto común para el que Avilés debe decidir qué quiere ser en el futuro. Porque de ello depende el bienestar de sus actuales vecinos y la lucha contra el invierno demográfico que le acosa desde hace décadas. La industria y el buen saber hacer están en los genes de sus habitantes, y si la decisión es apostar por un modelo industrial avanzado e innovador que nos haga diferentes, como ya lo hizo en el pasado, debe plasmarlo en un gran acuerdo en el que administraciones, empresarios, universidad y sociedad en su conjunto se comprometan y de manera coordinada y cohesionada traten de sacarlo adelante. El desarrollo del nuevo suelo, de la Isla de la Innovación, y la transformación urbanística deben convertirse en realidad. Avilés y su comarca cuentan con enormes posibilidades. Y son muchas las empresas que demuestran cada día que es posible afrontar las próximas décadas con éxito. Hay que ponerse a ello.